Un informe de la OMS revela un crecimiento en el número de profesionales de enfermería a nivel global, aunque la mayoría se concentra en países con menos de la mitad de la población mundial.
En el Día Internacional de la Enfermería, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó un nuevo informe que revela un crecimiento sostenido del número de enfermeras en todo el planeta. Entre 2018 y 2023, la cifra global pasó de 27,9 a 29,8 millones de profesionales. No obstante, el mismo estudio alerta sobre una alarmante desigualdad en su distribución: el 78 por ciento del personal se encuentra en países que representan solo el 49 por ciento de la población mundial.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, valoró los avances, pero fue enfático en la necesidad de corregir las inequidades. “Felicitamos a los países que están progresando, pero no podemos ignorar las desigualdades que aún marcan el panorama mundial de la enfermería”, expresó. Estas brechas pueden poner en riesgo el acceso a servicios esenciales, la cobertura sanitaria universal y el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible en salud.
Avances y retos hacia 2030
El informe, construido con datos de los 194 Estados miembros de la OMS, muestra una reducción paulatina del déficit global de enfermeras: de 6,2 millones en 2020 a 5,8 millones en 2023. Si la tendencia continúa, se podría alcanzar una escasez de solo 4,1 millones hacia 2030.
Sin embargo, los desafíos varían según el nivel de ingresos de los países. Mientras las naciones con ingresos bajos y medios deben aumentar la inversión para formar, contratar y retener personal, los países de altos ingresos enfrentan el inminente retiro de gran parte de su fuerza laboral. A esto se suma su alta dependencia de enfermeras migrantes, una dinámica que también es motivo de preocupación.
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Disparidades por regiones y género
La densidad de enfermeras varía de forma drástica entre países. Mónaco encabeza la lista con 203 por cada 10.000 habitantes, seguido de Suiza (184) y Noruega (156). En contraste, países como Chad, Birmania y Madagascar apenas registran una por cada 10.000 personas. España se ubica en un punto intermedio con 61,4, proyectando llegar a 70 en 2030.
El informe también destaca que la enfermería continúa siendo una profesión mayoritariamente femenina: el 85 % del personal son mujeres, cifra que se replica en varios países, incluida España.
Asimismo, se evidenció que el 14 % de los enfermeros del mundo ha nacido en el extranjero, un porcentaje que sube al 23 % en países ricos y baja drásticamente en países con menos recursos.
Formación, liderazgo y bienestar
Los países de bajos ingresos están incrementando la formación de enfermeras más rápido que los ricos, pero este esfuerzo no se traduce en mejores niveles de cobertura debido al crecimiento poblacional y la escasez de empleo. Además, un tercio de los profesionales tiene menos de 35 años, mientras que el 19 % podría retirarse en la próxima década. En al menos 20 países, las jubilaciones superarán la incorporación de nuevo personal, lo que amenaza la calidad y continuidad del servicio.
En cuanto a la profesionalización, el 62 % de los países ha implementado cargos de enfermería de práctica avanzada, lo cual ha mejorado el acceso y la calidad de la atención. También se destaca que el 82 % tiene funcionarios de alto nivel en enfermería, aunque solo un 25 % de los países más pobres cuenta con programas de liderazgo estructurados.
Un tema que genera preocupación es la salud mental del personal. Apenas el 42 % de los países tiene mecanismos de apoyo psicológico, pese a la carga de trabajo y el estrés agravado tras la pandemia de Covid-19. Para la OMS, atender este aspecto es clave para evitar la fuga de talento y fortalecer los sistemas de salud.
Recomendaciones para el futuro
La OMS plantea una hoja de ruta con recomendaciones concretas para cerrar las brechas existentes. Propone distribuir equitativamente los empleos de enfermería, mejorar las condiciones laborales, garantizar equidad salarial, y fortalecer el bienestar mental del personal. También sugiere reforzar la regulación y formación profesional, impulsar el liderazgo, reducir la dependencia de la migración y preparar al personal ante los efectos del cambio climático.
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Este informe no solo entrega cifras actualizadas, sino que lanza un llamado urgente a los gobiernos para garantizar que el crecimiento de enfermeras en el mundo sea también justo y equitativo. La salud global depende de ello.
