José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda y primer jefe de la cartera en el gobierno de Gustavo Petro, advierte que el presidente ha ignorado el Plan Nacional de Desarrollo y que ya no es momento de culpar a Iván Duque por la crisis fiscal que atraviesa el país.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
José Antonio Ocampo, uno de los economistas más respetados del país y primer ministro de Hacienda del gobierno de Gustavo Petro, lanza duras críticas a la actual administración por su manejo económico. En entrevista con EL TIEMPO, asegura que el mandatario ha ignorado el Plan Nacional de Desarrollo, insiste en que no es viable una nueva reforma tributaria y afirma que ya no es momento de culpar al expresidente Iván Duque por la situación fiscal.
Luces y sombras de la economía
Ocampo reconoce que el gobierno Petro recibió una economía recalentada, con un déficit en cuenta corriente del 6 % del PIB, a pesar de los altos precios del petróleo. Destaca que este indicador se corrigió en 2023 y que la inflación, impulsada principalmente por factores externos como la guerra en Ucrania, empezó a moderarse. También menciona que desde mediados de 2024 se registra una reactivación económica.
Sin embargo, advierte que persisten problemas graves: la inversión, especialmente en construcción, sigue muy baja, y el déficit fiscal se mantiene en niveles históricamente altos, lo que ha elevado la deuda pública a su mayor nivel registrado.
Factores fuera de la política del Gobierno
El exministro subraya que varios de los avances no se deben directamente a políticas de la administración Petro. Según explica, la inflación y la reducción del déficit externo obedecen más a factores internacionales y a decisiones del Banco de la República. Incluso la reactivación reciente, dice, se debe en gran parte al dinamismo del sector privado y a factores como los altos precios del café.
Ocampo reconoce como acierto el ajuste del precio de la gasolina para reducir el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), medida que él mismo impulsó cuando fue ministro. No obstante, critica que el ajuste del ACPM, previsto para julio de 2023, no se haya realizado.
Fin de las culpas al gobierno anterior
A tres años de la posesión de Petro, Ocampo considera que seguir atribuyendo la crisis fiscal al gobierno Duque “es algo que habría que haber enterrado hace rato”. Recuerda que en 2022 el déficit del FEPC fue de 37 billones de pesos y que, aunque esta fue una herencia compleja, desde entonces no ha habido nuevas políticas de ajuste, salvo el alza de la gasolina.
En cuanto al impacto de la reforma tributaria parcialmente tumbada por la Corte Constitucional, Ocampo estima que el efecto en el déficit es de unos 6 billones de pesos, muy inferior a los más de 40 billones que enfrenta actualmente el país.
Críticas al manejo fiscal y al presupuesto 2026
El economista es enfático: “No ha habido ningún anuncio de ajuste del gasto público. Lo único que han hecho es posponer pagos”. A su juicio, esta práctica generó un déficit elevado a comienzos de 2024 por obligaciones acumuladas del año anterior.
Sobre el presupuesto de 2026, advierte que su viabilidad depende de una reforma tributaria que ve imposible de aprobar sin una coalición sólida en el Congreso, algo que el actual gobierno no tiene. “Que hay que hacerla, probablemente sí, pero le tocará al próximo gobierno”, señala.
El Plan Nacional de Desarrollo, en el olvido
Una de sus críticas más fuertes es que el presidente Petro “ha ignorado” el Plan Nacional de Desarrollo, a pesar de que fue aprobado por el Congreso y contiene medidas clave de reactivación y reindustrialización. “Él habla más del programa de gobierno que del plan”, dice Ocampo, aunque considera que tal vez el mandatario lo está reconociendo “tardíamente”.
Recomendaciones para el último año
Si pudiera sentarse con el presidente, Ocampo le recomendaría un ajuste inmediato del gasto público, además de políticas para reactivar la construcción de vivienda y acelerar la reindustrialización. Asegura que estas medidas están en el Plan Nacional de Desarrollo y podrían ayudar a enfrentar el difícil panorama económico.
Con un diagnóstico que mezcla reconocimientos y duras advertencias, el exministro deja claro que el tiempo para correcciones estructurales es corto, pero aún posible. “Hay que pasar de la retórica a la ejecución”, concluye.
