El legado del Papa Francisco y la inminente transición de la Iglesia Católica son temas de gran relevancia luego de su partida. Misael Kuan, catedrático del Centro de Estudios Teológicos y de las Religiones (CETRE) de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario, hace un análisis sobre la trascendencia de su pontificado y el riguroso protocolo que se activa en este momento para elegir su sucesor.
Durante estos 12 años, el Papa Francisco se consolidó como una figura transformadora, siendo el primer pontífice latinoamericano y el primer jesuita en ocupar la silla de San Pedro. Su estilo de liderazgo se caracterizó por una profunda cercanía con los marginados, un firme compromiso ético en favor de los refugiados, los pobres y la justicia social, y una labor constante de diálogo con realidades complejas, dijo Kuan.
Su visión progresista renovó la imagen de una institución con casi dos milenios de historia, aunque también generó tensiones en ciertos sectores del primer mundo, donde la tradición litúrgica y doctrinal resulta esencial, explica catedrático del CETRE de la Universidad del Rosario, quien es historiador y filósofo.
Le puede interesar: Mhoni Vidente predijo la muerte del papa Francisco
Respecto al proceso de sucesión, la Iglesia Católica cuenta con un procedimiento meticuloso que garantiza la continuidad del liderazgo. Inicialmente, el cardenal camarlengo, que es el funcionario de la Santa Sede encargado de administrar los bienes del Vaticano cuando muere el Papa, certifica el deceso y procede a destruir el anillo del pescador, símbolo que une al Papa con San Pedro. Posteriormente, se convoca al Colegio Cardenalicio, compuesto por aproximadamente 138 cardenales electores, excluyendo a aquellos mayores de 80 años, para reunirse en la Capilla Sixtina, ubicada en la Ciudad del Vaticano, en un ambiente de estricto hermetismo.
Durante este cónclave se llevarán a cabo cuatro rondas de votaciones diarias, dos en la mañana y dos en la tarde, siendo necesaria la aprobación de dos tercios de los cardenales para elegir al nuevo Sumo Pontífice. Una vez alcanzado el consenso, el cardenal decano consultará al electo, quien tras aceptar la designación elegirá un nuevo nombre –tal como lo hizo Jorge Mario Bergoglio al convertirse en Francisco– y se presentará al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro con el tradicional anuncio en latín “Habemus Papam”, que quiere decir “Tenemos Papa”.
Puede leer: Monos no son transmisores de fiebre amarilla









