El afán fiscal del gobierno nacional para sanear las finanzas públicas nacionales, que presentan un desequilibrio abultado, por el desbordado gasto público que se ha presentado durante los últimos tres años. No conocen la austeridad ni presentan una coherencia en la planeación de los compromisos adquiridos de manera irresponsable, con el fin de recibir apoyos populistas, que solo se ha traducido en un mayor descontento popular, porque el reiterado incumplimiento a las demandas sociales de las organizaciones que se han acostumbrado a recibir dadivas y subsidios, que en nada han contribuido a mejorar sus niveles de bienestar. Por este motivo, se han incrementado las protestas sociales y se ha generado un mayor rechazo del constituyente primario contra el accionar gubernamental del presidente Gustavo Petro Urrego. Ya no cuentan con los recursos para pagarles el transporte, viáticos y francachelas a las comunidades indígenas para que se desplacen a la Plaza de Bolívar para para que le aplaudan sus discursos incendiarios. Igualmente, los delincuentes que les había prometido pagarles un millón de pesos mensuales para que no maten, se sienten decepcionados.
No solo basta afirmar los anteriores exabruptos, sino la creciente corrupción en algunas dependencias del Estado, que junto con la creciente violencia que se ha desato en algunas regiones del país, han provocado una desconfianza con el gobierno nacional para dinamizar la estructura productiva y, por ende, se refleja en la disminución de los recaudos en la Dian. El día anterior, el gobierno nacional radicó la nueva Ley de Financiamiento por $26,3 billones para financiar el presupuesto del próximo año. Se buscar modificar la estructura tributaria en materia del IVA, juegos de suerte y el azar en línea, ganancias ocasionales, el sector turístico, los combustibles, impuesto de renta de los contribuyentes y licores entre otros, que van a diezmar los exiguos ingresos de las familias colombianas. Continúa el proceso de empobrecimiento de las familias colombianas, en momentos cuando se vive un ambiente muy critico por la falta de ingresos que les permita atender sus demandas sociales básicas.
Realmente no existe un ambiente favorable en el legislativo. Estamos en vísperas de elecciones y cualquier decisión que se llegase a tomar en el tramite en el Congreso de la República, tendrá un alto costo político para los congresistas en las próximas justas electorales. Así los funcionarios del equipo económico del ejecutivo justifiquen y asuman compromisos que se va a racionar el gasto público, nadie les cree dados sus antecedentes que han ocurrido en el último trienio. Todas las áreas del Plan Nacional de Desarrollo se encuentran totalmente desfinanciadas. Se ha aumentado la deuda externa. El Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), recomienda que el Gobierno debe hacer un ajuste de $45,4 billones para la presente vigencia, mayor al previsto, si quieren poder cuadrar las cuentas. A apretarse el cinturón.
