A pesar de las intenciones gubernamentales de seguir afectando al sector empresarial del país, todavía se continúan las perversas intenciones de endurecer a través de sus medidas absurdas, al sector que les representa el 80% de los recaudos tributarios. Por tal motivo el gobierno nacional debe sustraerse de la intencionalidad macabra de seguirle imponiendo más impuestos a las organizaciones empresariales del país. Entendemos el desespero fiscal para fortalecer sus ingresos para atender el desbordado gasto público, que le está generando el más grande hueco fiscal en la historia del país. Así no se maneja la economía colombiana. No podemos seguir soportando estas improvisaciones que no generan confianza empresarial, ni estimula por el momento la inversión extranjera. Durante los últimos tres años, se ha experimentado un periodo de incertidumbre, a pesar de laos traumatismos que sufrió este sector durante la pandemia del Covid, lo cual nos condujo a una recesión económica. Pero cuando estaba en una franca recuperación, llegó este nefasto gobierno, que ha venido provocando con su actuar, un ataque inmisericorde contra la generación del empleo formal. Son totalmente miopes para estructurar estrategias que fortalezcan el dinamismo empresarial en el país.
Atrás debe quedar esta retórica discursiva barata, de que son uno de los causantes de las problemáticas sociales y económicas para buscar un crecimiento sostenido. Lo que no entienden estos activistas es, que el mayor generador de empleo y del pago de impuestos tributarios, es el sector empresarial. Afortunadamente cuando sectores como la construcción han empezado a recuperarse, y que no existe todavía claridad en las políticas públicas sobre los sectores minero-energéticos, todavía seguimos sobreviviendo a pesar de que hemos iniciado un periodo de importación de hidrocarburos. Además, el sector agropecuario se ha mantenido consolidado, gracias al incremento del precio internacional del café, producto de los efectos climáticos que han afectado a los máximos productores mundiales de este grano, Brasil y Vietnam que se vieron obligados a disminuir su oferta cafetera, y donde no tuvo nada que ver la acción del actual ejecutivo, como nos han querido vender con sus falacias acostumbradas.
Vemos con buenos ojos que por fin el gobierno nacional haya decidido utilizar todo su accionar militar, para empezarle a asestar fuertes golpes a las estructuras criminales que durante el ultimo trienio, se han venido consolidando gracias a la laxitud gubernamental que los ha protegido con el sofisma de distracción de buscar con la política pública de la paz total, que a la fecha ha sido un fracaso. Son los principales actores que tienen afectados a los comerciantes con sus acciones criminales. Ahora que ve los pasos grandes del país del Tío Sam, ante la eventual intervención militar del gobierno del presidente Donald Trump en Venezuela y Colombia, donde se encuentran las mayores zonas productoras de sustancias psicoactivas, ha empezado a atacarlos y a bombardearlos.







