Diario del Huila

Nos incomoda la autoridad, pero exigimos orden

Jul 10, 2025

Diario del Huila Inicio 5 Opinión 5 Nos incomoda la autoridad, pero exigimos orden

Por: Ramiro Andrés Gutiérrez Plazas

La sola posibilidad de implementar fotomultas en algunos sectores de Neiva ha encendido una ola de inconformismo. En redes sociales, en las calles, en las conversaciones cotidianas… muchos reaccionan con molestia, incluso con agresividad. Pero frente a este rechazo, surge una pregunta inevitable: ¿por qué nos incomoda tanto la autoridad, pero al mismo tiempo exigimos orden y seguridad en la movilidad?

Es cada vez más común ver cómo la presencia de un guarda de tránsito genera incomodidad entre los ciudadanos. Para muchos, representan una amenaza, como si su función fuera perseguir y castigar en lugar de prevenir y ordenar. En no pocos casos, esta molestia se traduce en agresiones verbales e incluso físicas, una reacción desproporcionada que revela el malestar social frente a la autoridad. Es cierto que algunos funcionarios pueden extralimitarse en sus funciones, tema que merece atención, pero lo preocupante es la conducta generalizada en las calles: infracciones cometidas con total normalidad, señales de tránsito ignoradas, parqueo en zonas prohibidas, motociclistas invadiendo andenes e irrespetando los semáforos, y conductores que actúan con absoluta imprudencia. Todo esto configura una cultura de informalidad y desorden que pone en riesgo la vida y dificulta la convivencia. Frente a esto, más allá del control policial, se requieren soluciones estructurales. Por ejemplo, en lugar de permitir que el espacio público siga siendo invadido, Neiva necesita una política clara de regulación del parqueo. La implementación de zonas azules bien señalizadas y con tarifas razonables puede convertirse en una herramienta eficaz para organizar el estacionamiento, desincentivar el uso indebido de la vía y, al mismo tiempo, generar recursos para mejorar la movilidad. La autoridad no debe ser vista como enemiga, sino como una aliada para construir una ciudad más segura, ordenada y respetuosa del espacio común.

Durante el 2024, Neiva reportó una disminución del 11,16 % en siniestros viales frente al 2023 (438 casos frente a 493); sin embargo, las muertes aumentaron un 20 %: pasamos de 60 a 72 fallecidos. También se redujo el número de heridos y los daños materiales, pero se dispararon los comparendos (más de 56 mil, un 32 % más) y las inmovilizaciones (casi 13 mil, un 62,2 % más. Aunque hay menos accidentes, su gravedad ha aumentado.

Entonces, ¿de dónde viene esta animadversión a la autoridad? Tal vez del hecho de que muchas personas sienten que las normas limitan su libertad. Esa sensación de que alguien «nos dice qué hacer» puede activar lo que los psicólogos llaman reactancia psicológica: una respuesta emocional que genera molestia, rebeldía y hasta comportamientos opuestos a lo recomendado. Esta resistencia es natural, sí, pero cuando se vuelve una actitud permanente, entorpece la convivencia y pone en riesgo la vida en comunidad.

La ley, aunque no siempre perfecta, es un pacto social. Es el punto de partida para organizarnos como sociedad. Y mientras la cultura ciudadana no sea lo suficientemente fuerte como para autorregularnos, será necesario implementar mecanismos como las fotomultas. No como castigo, sino como una herramienta para recordar lo que aún no aprendemos por voluntad propia.

Queremos exigir nuestros derechos, pero olvidamos cumplir con nuestros deberes. Entonces, la verdadera pregunta es:


¿De verdad queremos vivir mejor o solo queremos vivir como nos da la gana?

Tal vez te gustaría leer esto