Entre líneas las historias de vida de dos jóvenes indígenas del Huila y Cauca, quienes en medio de magnos desafíos vienen liderando procesos importantes en la defensa de los derechos de los jóvenes indígenas en ambas regiones, y el suroccidente del país. Se enfrentan a amenazas contra sus vidas, desafíos y riesgos; pero no sienten miedo; porque afirman que su liderazgo los ha hecho tan fuertes que pese al contexto que afrontan continúan en la lucha.
Por: Francy Villarreal Ruiz.
“Ya no sentimos miedo, porque ya nos quitaron todo”, bajo esta premisa se fundamentan las historias de vida que tejen Andrés Fisus y Yiner Quiguantar, ambos voceros de los jóvenes indígenas en los departamentos del Huila y Cauca.
Andrés Fisus es del municipio de Tello, norte del Huila, tiene 28 años de edad, quien desde los 14 años inició su trabajo como líder de jóvenes de comunidades indígenas en el Huila, desde ser autoridad, haciendo todo el proceso como cuidadores del territorio, como también de sentarse uno con los mayores de sus comunidades para absorber el conocimiento ancestral.
“En la organización iniciamos desde el año 2020, en la época de la pandemia de la COVID19, en un proceso desde el escenario espiritual. Ya con el proceso juvenil llevamos 3 años que nos corresponde a nosotros el periodo de dos años”, expuso Fisus.

Aunque prefiere no dar detalles sobre su situación de seguridad, señaló que los jóvenes indígenas en el departamento del Huila, al igual que los lideres sociales y comunales, afrontan amenazas e intimidaciones en el desarrollo del ejercicio, que los expone ante un contexto de conflicto armado.
“Se viene presentando algo en el departamento del Huila que ya hay amenazas a líderes juveniles que hacen parte de nuestro proceso. Pero digamos que lo que hemos dicho en el tema espiritual es fundamental para blindar todos estos escenarios. Por ese motivo queremos que los jóvenes tengan un proceso en temas de seguridad, acompañados de nuestros mayores, con nuestros sabios y sabias y ellos son los que hacen ese tema de protección desde los territorios. Pero pues hasta el momento, digamos, ya ha habido amenazas, donde se está manejando una ruta dentro de la organización y con nuestras autoridades en los territorios”, reportó el líder juvenil.
¿Por qué los jóvenes?
Frente a la pregunta del por qué los jóvenes son una población vulnerable para que grupos armados se conviertan en ‘carne de cañón’ y sean reclutados de manera forzada, expone el líder indígena Andrés Fisus que sin duda existe una marcada ausencia del Estado en zonas apartadas y sobre todo en comunidades ancestrales.
Narra además, como han sido esos procesos como comunidades, de recuperar a los niños, de las ‘garras’ de los grupos armados, y cómo inciden las disidencias en esta población, no solo en el Huila sino en el país, acotando que muchas veces, los menores son sacados de la región para ser involucrados en el conflicto en otras zonas del país como Catatumbo y el Cauca.
“Con un mayor hacíamos el análisis precisamente en unos espacios de poder, y decíamos ahora se está viendo mucho el reclutamiento de nuestros niños. ¿Por qué? Porque es muy fácil de entrar a la mente del niño. Y nos decían, por ejemplo, tuvimos algunos casos, sacábamos los a los niños y ellos venían doctrinados y nadie le quitaba eso de la cabeza. Y decíamos nosotros que hacemos un trabajo bien fuerte en territorio, tratando de decirles, que estar en medio del conflicto no es seguro, y no lo logramos, entonces, ¿qué estrategias estarán utilizando? Nos poníamos a pensar con los mayores allá esos grupos armados, porque llevaban 15 días y llegaban muy doctrinados en ese sentido”, argumentó que han podido evidenciar que la mente de los menores es más fácil de permear a través de promesas.

Sin oportunidades
Para Fisus llama la atención que mientras grupos armados atraen a los niños hacia sus filas, con promesas de un salario mínimo, ropa, motocicletas y poder, difícilmente hay presencia del Estado con inversiones, u oportunidades de recursos para iniciativas de emprendimientos.
Para Andrés, la seguridad, vivir bajo intimidaciones no es a lo único que se afrontan, sino también los retos frente a la falta de apoyo y la presencia de las autoridades, gobiernos e instituciones en el territorio.
“Lo hemos dicho en nuestra organización, pues la juventud es la columna vertebral de cualquier proceso. Ha sido difícil asumir este escenario y estos procesos y estos espacios cuando de pronto a veces el apoyo de algunos sectores o de a veces de este, los mismos procesos gubernamentales y de todo el escenario del gobierno, pues no es muy fuerte ese apoyo hacia la juventud”, expresó.

Liderazgo en la juntanza juvenil
Yiner Quiguantar tiene 26 años de edad, y tiene sus raíces en el departamento del Cauca, quien, desde el liderazgo como joven, acompaña los procesos de juntanza en el suroccidente de Colombia, que comprende eh departamentos como Nariño, Putumayo, Cauca, Valle, Caldas, Huila y la incidencia que se ha podido tener en otros departamentos como Chocó y Caquetá.
Desde los 13 años de edad, inició en un proceso de liderazgo, y presencia como representante de los jóvenes de la comunidades indígenas del Cauca, una región donde según el ultimo censo poblacional existen cerca de 70 mil jóvenes indígenas.
“Creo que es importante pues poder llegar a ser un escenario también de respaldo al Huila porque hoy el CRIHU hace parte de la juntanza de jóvenes del suroccidente, y que nos hemos juntado justamente en esa preocupación. La juntanza de jóvenes avanza en un proceso de consolidación de estrategias humanitarias que le permite poder territorializar las formas de construir paz, que nosotros lo hemos denominado la paz real territorial, la paz en los territorios” expresa Yiner.
Camino en el liderazgo
Yiner considera que nació en la cuna, en el proceso social de las organizaciones indígenas, y actualmente hace parte del Consejo Regional Indígena de del Cauca, desde donde bajo una misma bandera, de proteger y defender a la población dentro del ejercicio.
“Siempre decimos que los jóvenes salvamos a los jóvenes, y creo que dentro de este ejercicio, de casi 14 años que hemos llevado en este proceso, pues nos han permitido también llegar a los territorios como el Huila para llegar a aportarle algo, y es el tema de poder salvaguardar la vida y la integridad de nuestras poblaciones”.
“Aprendemos a sobrevivir”
Al abordar el tema de su seguridad, y la misma dentro del rol de líder de los jóvenes indígenas, Yiner opta por guardar silencio, pues considera que a pesar de enfrentar el conflicto armado que vive su territorio, el Cauca, jamás ha desfallecido en su lucha.
“Yo creo que cuando este tipo de preguntas se hacen uno a veces se queda sin palabras, justamente porque yo creo que aprendimos a sobrevivir, y quienes estamos en el Cauca no solamente a sobrevivir a un tema de conflicto, sino también un tema de desigualdad e inequidad social que existe en el departamento”.
Agrega Yiner que “Sin embargo, no solamente es la problemática, sino que hoy le damos un mensaje claro al país y es como los jóvenes hemos estado resistiendo y bajo esa resistencia también viene un proceso de resiliencia. De demostrar que los procesos sociales organizados hoy avanzan en un en un ejercicio y una dinámica mucho más de demostrar el otro lado que tienen nuestros territorios frente al tema de conflicto.

El temor de ser líder
Frente a la pregunta de si sienten temor de cumplir, con el trabajo de liderar iniciativas con jóvenes indígenas tanto Yiner como Andrés, coinciden en que se aprende a convivir en medio de la situación, los contextos, y en la misma confrontación con las instituciones porque las instituciones desconocen varios aspectos que se afrontan en la vida real al interior de los territorios.
“Yo siempre he manifestado algo y lo decía hace poco en una universidad de Bogotá, y es que la paz tiene que estar a la altura de nuestros sueños, la paz está a la altura de nuestros sueños. Y justamente soñar con esa paz que desde nuestros territorios nos lleva a nosotros algo que hemos denominado la digna rabia y la digna rabia, que justamente nos va a llevar a ofrendar la vida si es necesario para poder salvar otras vidas que no debería ser en efecto, pero justamente en el contexto en el que nosotros nos encontramos es si nosotros como jóvenes no alzamos la voz frente a las injusticias y frente a lo que sucede en nuestros territorios, pues quién lo va a hacer”, expresa Yiner.
Apunta el líder que “Por eso hoy lo manifestamos como consejeros, frente a la premisa de que el joven salva al joven, y hoy nos estamos rodeando de nuestros mayores, de nuestros sabios, por eso es necesario que podamos proteger la memoria de nuestros mayores, de nuestras mayoras. Por eso hoy manifestamos que nos han quitado tanto como hemos escuchado en muchos discursos que hasta nos quitaron el miedo”.








