Por: Carlos Tobar
Finalmente, el alcalde con su equipo financiero y la “coalición mayoritaria” del descaecido concejo municipal se salieron con la suya. No solo sacaron adelante el endeudamiento de los 80.000 millones de pesos, sino que, como cereza del pastel, aprobaron una sobretasa del impuesto predial del 7% con la disculpa de la seguridad ciudadana.
Todo, de manera obvia, contra los bolsillos de los empobrecidos contribuyentes neivanos. Sin compasión alguna, no importándoles que la mayoría de esos contribuyentes son de los estratos 1, 2 y 3; más del 80%.
El endeudamiento se dio sin que nos aclararan a los ciudadanos la realidad fiscal de la municipalidad, sobre todo, después del desastroso e irresponsable manejo de la administración anterior. Comprometer porcentajes importantes del impuesto predial, del impuesto de industria y comercio y, de la sobretasa a la gasolina, todas fuentes significativas de los ingresos propios, reduce los recursos de funcionamiento ordinario de la administración municipal que, perdió su categoría este año por el gasto excesivo en este rubro. Además, no se ha dicho en que proporción quedaran comprometidos con este nuevo endeudamiento.
Un endeudamiento que, en los mentideros cercanos al palacio municipal aseguran puede llegar a tener un adicional por 40.000 milloncitos más. Son insaciables.
Los compromisos de gasto no resisten un análisis riguroso. Ya dije en un escrito anterior que, si acaso, por los compromisos adquiridos con el gobierno nacional en el SETP, en contrapartidas no cumplidas en gobiernos anteriores que exponen a la municipalidad a sanciones gravosas, no se encuentra justificación para la lista de mercado que contiene el endeudamiento.
Pensar, por ejemplo, que con 8.500 millones de pavimentación en vías urbanas y 5.000 millones en placas huellas rurales se mejorará sustancialmente el estado lamentable en que están, no pasa de ser una triste ilusión. O destinar 9.500 millones para la construcción de un colegio que beneficiará a cerca de 400 estudiantes, mientras treinta y pico de instituciones educativas que atienden a miles de estudiantes se caen a pedazos. O la inversión millonaria en un parque ciudad jardín botánico sin objetivos claros. O, la continuación de la canalización del río Las Ceibas en su parte urbana, o…
Definitivamente, la ciudad perdió el norte hace mucho tiempo y, no va a ser este gobierno el que inicie la tarea descomunal de reordenarla. Con su comportamiento similar al de su criticado antecesor, el gobierno Casagua, renuncia a ese compromiso. Sus “acciones por Neiva”, se desinflaron en menos de un año.
En cuanto al concejo municipal queda el sinsabor de la falta de independencia. Con, afortunadamente, notables excepciones que se deben nombrar: Johan Steed Ortiz, Lourdes Mateus, Humberto Perdomo, Héctor Javier Osorio, los demás hacen parte de esos mercachifles que se venden, como se dice vulgarmente, por un tamal. Especial decepción producen los amigos verdes que como dice la profe Leyla “se les acabó la clorofila”.
Neiva, 16 de diciembre de 2024
