Diario del Huila

Neiva sin conductor, movilidad sin cerebro

Sep 9, 2025

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Por: Johan Steed Ortiz Fernández

El sábado en la madrugada murieron dos auxiliares de Policía en Neiva. Tenían 19 años. A esa edad apenas se empieza a vivir. Uno se equivoca, aprende, sueña. Pero en Neiva, soñar puede costar la vida.

Las versiones aún se investigan: que evadieron un retén, que los guardas los persiguieron, que hubo exceso de velocidad, que no llevaban casco. Pero más allá de eso, lo cierto es que esta tragedia no es un accidente aislado. Es el síntoma de una ciudad sin cerebro en su movilidad. Una ciudad sin inteligencia vial, sin orden, sin prevención.

Una ciudad donde la Secretaría de Movilidad cuesta más de 8.609 millones de pesos al año, pero cuenta con una mala ejecución. En 2024 fue apenas del 75% de ese presupuesto. Lo interesante de esta dependencia es lo que le está representando al Municipio. Más de 4 mil millones de pesos, por comparendos de tránsito. En seis meses recaudaron 2.300 millones, es decir, unos 13 millones diarios, sin embargo, las vías siguen llenas de huecos, los semáforos sin funcionar, las motos sin control, y los accidentes repitiéndose en cada esquina. Por eso uno se pregunta, ¿Quién está conduciendo a Neiva?

No nos vayamos tan lejos, Las Ceibas tapa huecos con arena. Los de la Novena Brigada llevan más de medio año sin solución, aunque el alcalde aseguró que la póliza de estabilidad lo cubriría. Los guardas de tránsito no aparecen cuando un semáforo se apaga o cuando una ambulancia queda atrapada, pero sí están cuando se trata de imponer comparendos.

Los robos de cables de semáforos son tan frecuentes como el uso del celular al conducir. Las motos circulan en contravía, sin luces, sin casco, sin control. El alumbrado público en algunas zonas falla noche tras noche, convirtiendo glorietas y avenidas en trampas mortales.

Y mientras tanto, las ambulancias que deberían salvar vidas se convierten en un factor más de caos, porque circulan sin coordinación, a toda velocidad, generando más choques que soluciones y que tampoco esta secretaria de movilidad pudo solucionar.

En Neiva no hay inteligencia vial. Hay negligencia institucional, desidia operativa y ausencia total de prevención.

Como si fuera poco, nos imponen el “Día sin carro”. Un evento disfrazado de conciencia ambiental, pero que en la práctica beneficia exclusivamente a los buses que más contaminan, sin que a sus operadores se les exija tecnología limpia, eficiencia en las rutas o mejoras en el servicio.

El comercio sufre, los ciudadanos se afectan, y todo por una medida sin criterio técnico, sin evaluación de impacto, y sin justicia. Otra prueba de que en Neiva no se gobierna con cabeza, sino con improvisación.

Millones en la campaña de Neiva te ama… que no educan a nadie. Para agravar el panorama, el municipio sí destina cuantiosos recursos a “cultura ciudadana” y “educación vial”. Pero no para formar a los neivanos, sino para favorecer a contratistas de confianza, justificar gastos cosméticos, o pagar plan de medios, para ponerlos al servicio del alcalde y comunicar lo que el asesor de prensa les diga.

En el 2024, la Secretaría de Movilidad celebró un contrato por mil millones de pesos con el Fondo Mixto de Cultura para ejecutar la campaña:

“Neiva te ama. Ámala tú también respetando la norma.” Una campaña que, en vez de generar conciencia, terminó siendo una burla a los ciudadanos. Porque si algo demuestra la ciudad hoy, es que no se está enseñando a amar a Neiva, ni a respetar la vida de los neivanos. Cartillas, jingles, pendones. Pero nada que salve vidas. Nada que transforme el comportamiento en las calles. Nada que se vea en el día a día del tráfico.

El plan de desarrollo nos está mintiendo, pues promete una “movilidad sostenible, segura e inteligente”. Pero las cifras van contra esa narrativa: Se recauda más por multas que lo que se invierte en infraestructura vial. La ciudad está más desordenada, sin buena señalización y más peligrosa que nunca.

No hay campañas de educación vial. No hay cultura ciudadana. No hay inversión estratégica. Solo hay comparendos, multas y sanciones que alimentan la desconfianza. Y eso, en una ciudad que ya ha perdido a más de 45 personas en accidentes viales solo en 2025, es inaceptable.

Visión Cero: porque una sola muerte ya es demasiado, lo que pasó con los dos patrulleros no puede cerrarse con un comunicado ni con un comparendo más. La tragedia exige cambios profundos. Es hora de que Neiva adopte una Política Pública de Visión Cero, basada en una verdad ética y técnica: “El único número aceptable de muertes evitables en las vías es cero.” Eso implica: Rediseñar nuestras vías para evitar tragedias, bajar velocidades en zonas escolares y residenciales, modernizar el sistema de semáforos e iluminación, exigir profesionalización de los agentes de tránsito, con formación en derechos humanos, control técnico y enfoque pedagógico, Dejar de culpar al último eslabón y empezar a intervenir el sistema completo.

Neiva retrocede. Está más desordenada, más peligrosa y más injusta para sus ciudadanos.

La secretaria de Movilidad Edna Johana Cruz tiene 16 millones de razones constantes y sonantes al mes y más de $230 millones recibe al año por su cargo para hacer bien su trabajo. ¿Necesita más motivación?, porque hasta la fecha no salva vidas, no ejecuta bien, no actúa y no organiza la movilidad de Neiva.

Por eso decimos que una ciudad sin conductor, una movilidad sin cerebro,

es una ciudad al borde del abismo.

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