Neiva necesita Policía de Tránsito
Sergio Trujillo
Diputado Asamblea del Huila
La reciente tragedia que enluta a Neiva, con la muerte de dos jóvenes auxiliares de la Policía en un operativo de tránsito que presuntamente habría sido irregular, obliga a abrir un debate que ya no admite más dilaciones: ¿quién debe ejercer la autoridad sobre la movilidad en la ciudad?
Hoy, la capital del Huila vive un caos vial inocultable. No hay autoridad que logre ordenar el tránsito, ni que imponga respeto en las vías. Los ciudadanos se enfrentan a semáforos irrespetados, motociclistas que circulan sin casco o en contravía, transporte público que no cumple las normas y peatones que arriesgan su vida a diario. Ante este panorama, resulta evidente que los llamados “guardas de tránsito” carecen de las facultades necesarias para ejercer un verdadero control.
La diferencia es clara: la Policía de Tránsito tiene la misión constitucional de velar por la seguridad vial, con funciones preventivas, regulatorias, sancionatorias y de asistencia técnica. En cambio, los agentes contratados por el municipio solo pueden realizar labores de verificación documental. No tienen capacidad real para detener un vehículo, inmovilizarlo o imponer comparendos en sentido pleno. En la práctica, están atados de manos, y eso genera no solo ineficiencia sino también abusos y arbitrariedades.
La tragedia que costó la vida a dos auxiliares de Policía debe ser un punto de inflexión. No podemos permitir que la improvisación y la falta de claridad en las competencias institucionales sigan cobrando vidas. La autoridad sobre el tránsito no puede quedar en manos de particulares que carecen de la investidura, la formación y el respaldo que solo otorga la Policía Nacional.
Otros municipios ya entendieron esta realidad. En Cali, por ejemplo, se adoptó un convenio interadministrativo que permitió a la Policía asumir directamente las funciones de tránsito, con resultados positivos en términos de control y respeto ciudadano. En Neiva, el debate se ha venido dando, pero ha faltado decisión política para dar el paso definitivo.
Es hora de actuar. No se trata de estigmatizar a los guardas de tránsito, sino de reconocer que su papel debe limitarse a funciones administrativas y de apoyo logístico, mientras la Policía asume el control en las calles. La seguridad vial es un asunto de vida o muerte, y así debe asumirse.
Como diputado del Huila, propongo que se estudie y se formalice un convenio entre el municipio de Neiva y la Policía Nacional para que el control del tránsito esté en manos de quienes tienen la competencia necesaria. No es solo una propuesta técnica: es un clamor ciudadano por recuperar el orden en las vías y garantizar que hechos tan dolorosos y lamentables como el ocurrido no se repitan jamás.
La autoridad en el tránsito de Neiva debe ser ejercida, sin titubeos, por la Policía.
