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Neiva estrena subestación de bomberos en el oriente: $8.263 millones de inversión

Ago 4, 2025

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Después de años de espera, los habitantes de varias comunas del oriente de Neiva cuentan con una subestación de bomberos funcional, moderna y estratégica. La inversión, que terminó costando más de 8.200 millones de pesos, busca corregir un vacío histórico en materia de atención a emergencias.

DIARIO DEL HUILA, NEIVA

El oriente de Neiva, una zona de crecimiento acelerado y problemas estructurales persistentes, acaba de recibir una de las obras más esperadas por la comunidad: una subestación de bomberos. Y no cualquier sede. La nueva estación, ubicada en el barrio San Miguel Arcángel (entre la Calle 19 y la Carrera 52), está equipada para albergar 49 unidades, cuatro camiones y una sala de crisis con capacidad operativa 24/7.

No es un favor. Es una deuda. Durante años, las comunas 5, 7, 8 y 10 enfrentaron emergencias con tiempos de respuesta que, en muchos casos, se volvían dramáticamente tardíos. Incendios, colapsos de viviendas, inundaciones y rescates eran atendidos desde la sede principal, al otro lado de la ciudad. Ahora, con esta nueva infraestructura, el panorama cambia.

La obra fue entregada oficialmente por la Alcaldía de Neiva, en cabeza del alcalde Germán Casagua. Pero su historia no comenzó allí, ni fue sencilla.

Una obra que empezó mal… y terminó mejor

El proyecto nació en 2022 bajo el Contrato de Obra Pública No. 3486 y fue adjudicado al Consorcio Estación 2030. El presupuesto inicial era de unos 5.200 millones de pesos, pero, como ocurre con frecuencia en la obra pública, los costos aumentaron. Al final, se necesitaron más de 3.000 millones adicionales, para cerrar en $8.263 millones.

¿Qué pasó? La obra arrancó con problemas. Se heredaron errores técnicos, se presentaron demoras en los cronogramas, dificultades en la red contra incendios y vacíos en la conexión a los servicios públicos. La nueva administración, según confirmó la Oficina de Gestión del Riesgo, se vio obligada a renegociar plazos, ajustar planos y exigir cumplimiento al contratista.

A pesar de los tropiezos iniciales, el resultado terminó siendo una estación equipada, funcional y operativa. Pero el retraso dejó preguntas que aún merecen respuesta: ¿cómo se adjudicó un contrato con tantas falencias? ¿Dónde estuvo el seguimiento inicial? ¿Por qué el aumento presupuestal fue tan alto?

Un espacio clave para el oriente de Neiva

Más allá de los cuestionamientos, la estación ya está lista y en funcionamiento. Y eso, para los habitantes de esta parte de la ciudad, puede marcar una gran diferencia.

Se trata de una estructura de tres pisos, con espacios diferenciados para comandancia, administración y operación. Está construida bajo la norma NSR-10, que regula las condiciones de sismo-resistencia. Una necesidad en una ciudad como Neiva, donde los movimientos sísmicos menores no son infrecuentes.

Cuenta con capacidad para albergar 49 bomberos y operar cuatro vehículos tipo camión, además de una sala de crisis que podrá ser usada en coordinación con otras instituciones cuando ocurran emergencias de gran magnitud.

“Esta es una estructura que brindará un servicio comunitario a cuatro comunas, mejorando de manera significativa los tiempos de respuesta en la atención de emergencias”, explicó el sargento Andrés Bernal, del Cuerpo Oficial de Bomberos.

La estación ya está en manos de la Oficina de Gestión del Riesgo y se integra a la red operativa de emergencias de la ciudad. Aunque muchos siguen esperando que se fortalezca también la dotación y el recurso humano en todas las estaciones, esta sede representa un avance evidente.

Acto de entrega oficial de la estación a la comunidad.

De las palabras a los hechos

Durante la entrega oficial, el alcalde Germán Casagua hizo énfasis en que esta obra representa una promesa cumplida. “Nos comprometimos a entregar de una vez por todas esta infraestructura”, dijo, refiriéndose al compromiso con la comunidad.

Y aunque la frase puede sonar a discurso repetido, lo cierto es que este tipo de inversiones no abundan. En Neiva, la atención de emergencias sigue dependiendo en gran medida del trabajo de un cuerpo de bomberos que opera con recursos limitados y enfrentando riesgos crecientes: incendios forestales más frecuentes, emergencias por lluvias intensas, y un crecimiento urbano no siempre planificado.

“Nosotros estamos listos para ofrecer respuesta oportuna ante incendios, tala de árboles, inundaciones y cualquier situación que represente riesgo”, dijo Nancy Trujillo Monje, jefa de la Oficina de Gestión del Riesgo y Desastres. “Esta jefatura está disponible 24/7 para atender a la comunidad”, añadió.

El mensaje es claro: la infraestructura está lista, pero el reto ahora es mantener la operación, garantizar el personal suficiente y asegurar la dotación que una subestación de este tipo necesita para no quedarse en la foto de la inauguración.

¿Qué tan efectiva será?

La estación está diseñada para responder con rapidez a emergencias que antes podían tardar más de media hora en ser atendidas. Con una ubicación estratégica, se espera cubrir buena parte de las comunas 5, 7, 8 y 10, donde residen decenas de miles de personas.

El barrio San Miguel Arcángel, donde fue construida, forma parte de una zona densamente poblada. Barrios como Las Palmas, La Esperanza, Loma de la Cruz, Bogotá, Timanco y sectores de invasión han crecido sin que el sistema de atención de emergencias crezca al mismo ritmo.

Ahora, con esta subestación, hay una posibilidad real de reducir riesgos. Pero para que eso ocurra, debe mantenerse operativa a plena capacidad: con personal, equipos, vehículos, combustible y apoyo institucional. Y eso, muchas veces, es lo que se olvida después del acto protocolario.

Espacios operativos y administrativos listos para su funcionamiento.

La otra cara de la inversión

Hablar de 8.263 millones de pesos para una estación de bomberos puede parecer mucho. O poco. Todo depende del contexto. Lo que es claro es que detrás de esa cifra hay una inversión que debe ser vigilada.

¿En qué se gastaron exactamente los recursos? ¿Por qué el aumento de 3.000 millones de pesos? ¿Qué mejoras técnicas se justificaron? ¿Se contrató la mejor opción desde el inicio? Estas son preguntas válidas para la Contraloría Municipal, los concejales y los veedores ciudadanos.

Más allá de que la estación ya esté en pie, la vigilancia sobre los recursos públicos no debería terminar cuando se cortan las cintas.

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Dignidad para quienes arriesgan la vida

Una de las grandes ventajas de esta obra es que mejora las condiciones laborales de los bomberos. Durante años, estos funcionarios han trabajado en sedes deterioradas, sin las mínimas condiciones de descanso o alimentación.

Ahora, la subestación cuenta con dormitorios, comedor, áreas de entrenamiento físico y espacios para el almacenamiento de equipos. No es un lujo: es lo mínimo que necesita alguien que, en cualquier momento, puede arriesgar su vida para salvar la de otros.

Un bombero que prefiere no ser citado, dijo durante la entrega: “Tener una estación así nos permite trabajar con más ánimo. Antes tocaba dormir en colchonetas, ahora tenemos camas, duchas, espacio. Eso también es prevención: si estamos bien, respondemos mejor”.

La estación atenderá emergencias en las comunas 5, 7, 8 y 10.

Lo que viene: mantener, dotar y fiscalizar

La nueva subestación no resuelve todos los problemas de los bomberos de Neiva. Pero marca un punto de inflexión. Ahora el reto está en garantizar su funcionamiento continuo y completo. Que no falten repuestos, que los vehículos tengan combustible, que haya personal para todas las guardias.

También está el reto del mantenimiento. Porque las obras públicas muchas veces envejecen rápido cuando no hay quien las cuide.

Finalmente, hay un reto ciudadano: exigir que esta inversión se traduzca en servicio real. Que los tiempos de respuesta bajen. Que los bomberos lleguen a tiempo. Que los barrios del oriente puedan dormir un poco más tranquilos sabiendo que, al menos, ahora sí hay una estación cerca.

La subestación del oriente no es solo una obra pública más. Es una respuesta tardía, pero necesaria, a una parte de la ciudad que ha tenido que vivir con la incertidumbre de enfrentar emergencias sin ayuda cercana. Si se mantiene, se dota y se vigila, puede marcar la diferencia. Pero si se olvida, como tantas veces ha pasado, volverá a ser una promesa rota entre muros recién pintados. La pelota queda del lado de la administración, pero también de la ciudadanía.

DATOS CLAVE

🔸 La obra fue adjudicada al Consorcio Estación 2030.
🔸 El contrato inicial era de $5.200 millones, pero terminó en $8.263 millones.
🔸 Está ubicada en el barrio San Miguel Arcángel (Calle 19 con Carrera 52).
🔸 Puede albergar 49 unidades y estacionar cuatro camiones.
🔸 Tiene tres niveles: operativo, administrativo y descanso.
🔸 Atiende las comunas 5, 7, 8 y 10.
🔸 Cuenta con sala de crisis y operación 24/7.
🔸 Se construyó bajo norma NSR-10 (resistencia sísmica).

Autoridades locales recorrieron la infraestructura durante la inauguración.

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