La revelación del nuevo dato de productividad del DANE volvió a mover las fichas en la negociación del salario mínimo de 2026, abriendo el camino a un aumento que podría superar la inflación y marcar el rumbo económico de millones de hogares colombianos.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
El dato de productividad revelado por el DANE abrió un nuevo capítulo en la discusión del salario mínimo para 2026 en Colombia y comenzó a perfilar un incremento que podría ubicarse por encima de la inflación. La Productividad Total de los Factores alcanzó 0,91 % con corte al tercer trimestre, un indicador clave que se suma a la inflación anual para definir el aumento salarial del próximo año.
Inflación y productividad: las variables que definen el ajuste
La inflación acumulada a octubre se ubicó en 5,51 %, y las proyecciones de cierre de año la sitúan entre 5,01 % y 5,9 %. Ante este panorama, varios analistas coinciden en que un aumento entre el 6 % y el 6,5 % sería técnicamente coherente, al permitir una recuperación moderada del poder adquisitivo sin generar presiones excesivas sobre el mercado laboral.
De darse este escenario, el salario mínimo —que actualmente es de 1.423.500 pesos— podría aumentar a un rango entre 1.508.000 y 1.516.000 pesos mensuales, sin incluir el auxilio de transporte.
Escenarios adicionales en la mesa
A pesar de las proyecciones técnicas, en el debate han surgido posiciones más ambiciosas que plantean aumentos de hasta el 7 % o un poco más. Ese cálculo llevaría el salario mínimo por encima de 1.520.000 pesos, lo que representaría un alivio mayor para los hogares en medio del alto costo de vida.
Por su parte, centros de investigación y organizaciones económicas han señalado que la combinación de inflación moderada y productividad positiva crea un escenario de negociación menos tenso que el de años recientes.
La definición se acerca
La decisión final será tomada por la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, integrada por el Gobierno, los trabajadores y los empresarios. La mesa tiene plazo hasta el 30 de diciembre para establecer el nuevo salario mínimo que regirá en 2026.
El resultado tendrá un impacto directo en millones de trabajadores y familias colombianas, para quienes el aumento puede significar un respiro frente al encarecimiento de alimentos, servicios y vivienda. Una cifra demasiado baja podría mantener la presión sobre los hogares; una demasiado alta podría generar tensiones con los empleadores.
Un ajuste marcado por la coyuntura
Las discusiones sobre el salario mínimo de 2026 están atravesadas por la necesidad de equilibrar la realidad económica del país, la recuperación del empleo, la inflación persistente y los retos del consumo interno. La productividad positiva se convierte en un argumento central para quienes defienden un aumento superior al de la inflación, mientras que los gremios insisten en que cualquier decisión debe favorecer la estabilidad empresarial.
En las próximas semanas, la mesa de concertación deberá aterrizar los números, analizar los impactos y tomar una decisión que, una vez más, medirá la capacidad de acuerdo entre los sectores del país.
