Por: Carlos Tobar
En estos tiempos de fuerte disonancia por costumbre y gusto busco descargar mis tensiones escuchando música. Sentado frente a mi computador esa es mi distracción permanente. Normalmente oigo música orquestal para evitar distraerme de temas que a veces exigen alta concentración. Pero mis gustos son bastante eclécticos porque puedo pasar de una sinfonía, a una ópera, a un bolero, o una canción popular.
Por estos días estoy pegado a la Voz Argentina, ese formato de concurso que, desde hace varios años, se ha extendido por el mundo entero. En Colombia también ha sido exitoso tanto en adultos como en niños. En este caso me ha llamado la atención el talento de extraordinarias voces que hablan del potencial musical de ese país.
Pero lo que me tiene fascinado fue reencontrarme con una niña, hecha ya toda una mujer, que por esas casualidades de las redes sociales me había topado hace varios años, tal vez 6 o 7, que realizaba un programa por Facebook, donde con recursos muy limitados -ella misma ponía la música-, difundía música tradicional argentina, especialmente el tango, sin descuidar la milonga o el folklore nacional. Me llamaba la atención el juicioso estudio del acerbo musical argentino, rescatando decenas de canciones que nunca había escuchado. Era un repaso metódico y extenso que semana a semana nos descubría un mundo nuevo a quienes con gran fidelidad la seguíamos en su sencillo programa.
Así la seguí por muchos años. Desafortunadamente, los apremios y compromisos de la vida me llevaron a perderla de vista. Me desconecté de su programa que ella con gran dedicación mantenía. Ocasionalmente, con un recuerdo persistente, la buscaba en la web para deleitarme con sus interpretaciones. La mantenía en mi memoria la calidad interpretativa y lo novedoso de su trabajo de rescate de un patrimonio musical que parecía descaecer.
Una sorpresa agradable fue reencontrarme con Milagros Amud en la actual edición de la Voz Argentina. Hecha ya toda una mujer. Madura para su corta edad -tiene 19 años- transmite con gran seguridad la esencia de la música tradicional de ese país. Como ella misma dice contra todo pronóstico, porque miles de veces trataron de disuadirla de “dedicarse al tango”, señalándole despectivamente que tal vez, las músicas nuevas tenían más futuro.
Su persistencia está dando frutos. Es indudable que ha sorprendido a todo el mundo. En su propio país que atraviesa por muchas afugias sociales, debe parecerles la oportunidad de recuperar la tradición cultural de un país que tanto le ha aportado al mundo. Es, además, el rescate de los valores idiosincráticos de los pueblos que son eternos. Nunca mueren porque definen y mantienen lo construido por la tradición de trabajo duro y convivencia cotidiana.
En el momento de escribir esta nota el concurso está en su fase final. Esta noche sabremos quién ganará. Milagros está en la liza. Yo hago fuerza porque gane. Lo merece. Y, lo necesita Argentina.
Me reencontré con el tango y lo tengo de fondo mientras garrapateo estas líneas. Pero, sobre todo me reencontré con Milagros Amud que les recomiendo escuchar.
Neiva, 13 de octubre de 2025
