Diario del Huila

Mercenarios, la nueva mercancía de los conflictos

Oct 13, 2025

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En los últimos días se han conocido cinco historias de huilenses que han acudido como alternativa para mejorar sus condiciones de vida el enfrentar la guerra en Ucrania. Tres de ellos perdieron la vida, mientras que uno ha permanecido retenido a cientos de kilómetros de distancia de su familia. Diario del Huila hace un análisis del contexto que motiva a los jóvenes a acudir a la guerra para generar ingresos según un informe de INDEPAZ.

Por: Francy Villarreal Ruiz.

Olvein Figueroa Anturi, Cristian Orlando Roa Soto, Jhon Faiver Caquimbo, Andrés Felipe Acevedo Araque y William Pérez Medina Rocha, las historias de los huilenses que se enlazan; porque sin importar el riesgo, vieron como alternativa de mejorar sus ingresos económicos el viajar a cientos de kilómetros de sus familias a enfrentar la guerra en Ucrania.

Cuatro de ellos perdieron la vida, uno permanece retenido según información entregada a través de los medios de comunicación por parte de sus familiares, quienes lidian con el dolor de la muerte y ausencia, por no poder dar el último adiós a sus hijos, padres, hermanos y seres amados.

Olvein Figueroa Anturi, un exmilitar oriundo del municipio de Timaná, que al parecer falleció en combates en Ucrania.

Soldados huilenses en guerra

Olvein Figueroa Anturi, un exmilitar oriundo del municipio de Timaná, que al parecer falleció en combates en Ucrania. Su hermana Nury Figueroa Anturi, relata el drama que viven por su desaparición y posible muerte en medio de un bombardeo.

Frente al caso, la Embajada catalogó el caso como ‘soldado desaparecido en la guerra’,   gran incertidumbre y dolor en la familia, especialmente a sus padres, quienes reportan un delicado estado en su salud que se ha agudizado por la ausencia del hijo.

Cristian Orlando Roa Soto desde el mes de junio del presente año viajó a Ucrania con la ilusión de generar más recursos económicos.

Cristian Orlando Roa Soto desde el mes de junio del presente año viajó a Ucrania con la ilusión de generar más recursos económicos, al llegar allá se dio cuenta de una realidad totalmente diferente. Luego de querer devolverse y darse de baja, su madre cuenta que los tienen reclutados con un paradero desconocido y solicitan la ayuda de las autoridades competentes para su pronto regreso.

Mientras tanto, Claudia Marcela Soto Cortés vive momentos de incertidumbre al saber que su hijo Cristian Orlando Roa Soto está retenido junto con al menos 43 colombianos más que viajaron a Ucrania a mediados de este año con la promesa de obtener ganancias económicas al unirse a la guerra.

“Mi hijo viajó para finales del mes de junio de este año con la promesa de las personas que lo reclutaron de una posibilidad de una ganancia especial en cuanto a dinero si se iba a pelear esa guerra en Ucrania. Ante esto, todo lo que le pintaron a él fue demasiado apetecible y por supuesto que, viviendo la situación, él prefirió irse, y así fue”, sostuvo Claudia Marcela Soto Cortés, madre del joven Cristian Orlando.

Jhon Faiver Caquimbo, recibió información de una persona a través de redes sociales que el joven Caquimbo de 29 años habría muerto en bombardeo.

Piden evidencia

Asimismo, la familia del soldado huilense Jhon Faiver Caquimbo, recibió información de una persona a través de redes sociales que el joven Caquimbo de 29 años habría muerto en bombardeo contra militares rusos en Ucrania.

El soldado huilense viajó el pasado 7 de julio hacia Bogotá para integrarse al Ejército ucraniano para buscar un mejor futuro y la última comunicación con la familia fue el pasado 18 de agosto y desde esa fecha aún no han recibido información si realmente murió en un bombardeo, pues asegura la familia que no han recibido ninguna evidencia sobre la suerte del joven militar.

La familia residente en Neiva pide urgente a la Embajada y a la Cancillería de Colombia en Ucrania información sobre la suerte del soldado Jhon Faiver Caquimbo Lozano; sus seres queridos exigen una respuesta urgente.

Andrés Felipe Acevedo Araque, es un joven neivano de 32 años que según relato de la familia perdió la vida en un bombardeo de las tropas rusas en Ucrania donde se encontraba combatiendo.

El curto caso, es el de Andrés Felipe Acevedo Araque, neivano de 32 años, que según cuenta la familia perdió la vida en un bombardeo de las tropas rusas en Ucrania donde se encontraba combatiendo. Ana Johana Acevedo, madre del soldado informa que su hijo ya había trabajado en Ucrania los primeros ocho meses entre el 2024 y el 2025.

El joven al tener buenos resultados económicos regresó en el pasado mes de junio al país oriente europeo a seguir combatiendo contra las fuerzas militares de Rusia, guerra que ya completa año medio entre esos dos países. La familia de Andrés Felipe requiere urgente apoyo económico para poder viajar a Ucrania y adelantar los trámites de repatriación del cuerpo y otras diligencias del caso.

William Pérez Medina Rocha, oriundo del municipio de Teruel, Huila es otro de los exmilitares huilenses que perdió la vida tras un bombardeo de las tropas rusas contra el Ejército de Ucrania.

La triste noticia

William Pérez Medina Rocha, oriundo del municipio de Teruel, Huila es otro de los exmilitares huilenses que perdió la vida tras un bombardeo de las tropas rusas contra el Ejército de Ucrania.

El exmilitar de 47 años viajó a ese país del oriente europeo el pasado 9 de septiembre del 2025, con la ilusión de ganarse un dinero extra para poder ayudar a su familia.

Martha Rocío Medina, familiar de William cuenta que la última comunicación que tuvo con su hermano vía celular fue el 12 de septiembre y se enteró de la muerte de William a través de una llamada telefónica. 

Necesidad, una realidad

Un reciente informe del Instituto para el Desarrollo y la Paz- INDEPAZ, expone cómo la privatización de la guerra y la globalización del crimen han transformado a los excombatientes, particularmente a los colombianos, en un «recurso estratégico» y desechable para conflictos internacionales.

El informe de autoría de la investigadora Juana Valentina Cabezas Palacios, advierte que las destrezas militares formadas durante el conflicto interno de Colombia son ahora una mercancía ofertada a Compañías Militares Privadas -CMP, economías ilícitas e incluso Estados en conflicto.

Este fenómeno ya no es un rumor aislado, sino una estrategia económica y geopolítica que, convierte la violencia en un negocio global visible a través de las redes sociales.

Los colombianos se enfilan en estas guerras como alternativa de mejoría de sus ingresos económicos.

Mapa del mercenarismo colombiano

La participación de ciudadanos colombianos en conflictos armados en el exterior se ha vuelto una constante en los últimos años, con graves consecuencias humanas.

El magnicidio en Haití en el año 2021, el hecho que puso el foco mundial ocurrió con el asesinato del presidente Joven él Moïse, un crimen en el que participaron exmilitares colombianos.

La guerra en Ucrania en el año 2022, donde a través de videos en redes sociales popularizaron la participación de colombianos combatiendo en ambos bandos del conflicto.

Según estimaciones de la Cancillería en el año 2024, se calculaban alrededor de 300 colombianos muertos, aunque videos difundidos sugerían que la cifra podría ascender a 2.000.

El conflicto en Sudán este año 2025, con el caso más reciente que involucra una red empresarial transnacional, vinculada a exmilitares colombianos, que recluta personal bajo la fachada de compañías de seguridad con sede en Emiratos Árabes Unidos -EAU.

A muchos se les promete vigilancia en pozos petroleros en Libia, pero terminan en zonas de guerra como Sudán.

El informe de INDEPAZ recalca que la gran reserva de exmilitares y personal en proceso de retiro en Colombia, un contingente que creció en unos 250.000 hombres en la primera década de los 2000, encuentra en estas ofertas una «salida económica» ante la precariedad laboral.

La mayor dificultad que afrontan las familias es la repatriación de los cuerpos sin vida de sus familiares.

Motivaciones del contexto

El motor de este reclutamiento se basa en una tríada clave, como son el salario, legalidad y nacionalidad. El incentivo económico es fuerte, con testimonios que reportan ingresos de entre 2.500 y 3.000 dólares al mes.

El fenómeno se mueve en un limbo jurídico internacional, donde las Compañías Militares Privadas -CMP, como el notorio Grupo Wagner o las empresas vinculadas al conflicto de Sudán -Global Security Services Group y Global Staffing, operan con gran discrecionalidad.

Estas Compañías Militares Privadas abren «la grieta de la legalidad del uso de la violencia en manos privadas» sin un marco jurídico que las regule o limite efectivamente.

Para evitar la clasificación de «mercenario» según el Protocolo I de Ginebra, algunos Estados han adaptado su legislación, Rusia ha reformado sus leyes para simplificar la obtención de la ciudadanía a extranjeros que presten servicio militar, acelerando la resolución de solicitudes y eliminando la exigencia de conocimiento del ruso.

Y Ucrania creó la «Legión Internacional», ofreciendo a los voluntarios extranjeros contratos de tres años con los mismos salarios y condiciones que sus ciudadanos.

¿Mano de obra desechable?

De acuerdo con el análisis, los conflictos armados, aunque parezcan locales, responden a intereses económicos globales. El informe destaca que los mercenarios colombianos son utilizados como «mano de obra desechable» para asegurar la continuidad de intereses ajenos, particularmente la disputa por recursos.

En el caso de Sudán, el conflicto está cruzado por la «guerra del oro», donde se juegan intereses de Emiratos Árabes Unidos en el control de este mineral y las rutas agrícolas.

Mientras que en Ucrania según INDEPAZ el foco está en los minerales críticos; como titanio, grafito y tierras raras, que son estratégicos para la Unión Europea y se encuentran en territorios hoy ocupados por Rusia.

El desafío de Colombia

Frente a esta realidad, el Gobierno colombiano presentó en 2024 un Proyecto de Ley para tipificar delitos como el reclutamiento, financiación y entrenamiento de mercenarios.

Sin embargo, INDEPAZ concluye que, si bien la ley es un avance simbólico, su alcance es limitado. El mercenarismo está inserto en redes transnacionales que desbordan las fronteras colombianas.

El verdadero desafío se encuentra en el plano interno, donde persisten causas estructurales internas que ninguna ley penal resuelve: desempleo, precariedad y ausencia de garantías para exmilitares y civiles.

Para cortar el flujo de «trabajadores de la muerte» y dejar de ser un proveedor de mano de obra armada, el país requiere políticas sólidas de reintegración laboral y social para excombatientes y sectores vulnerables, que les ofrezcan alternativas económicas dignas y reduzcan su dependencia del mercado global de la guerra.

Este fenómeno ya no se oculta la visibilidad mediática y el papel de las redes sociales han normalizado y hasta promovido la oferta de combatientes, reforzando su carácter de recurso económico globalizado-

Resalta INDEPAZ que se requiere voltear la mirada hacia la regulación y control sobre compañías de seguridad privada, para ello es urgente establecer mayores mecanismos de control y supervisión, pues muchas de estas empresas operan como intermediarias en el envío de combatientes a conflictos internacionales, convirtiéndose en nodos de mercenarismo legalizado.

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