Diario del Huila

Memoria y legado de Abel Rodríguez

Ago 23, 2025

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Por María del Carmen Jiménez.

 Su vida fue un ejemplo de compromiso con la educación pública en Colombia, pero también con la justicia social. Dejó huellas visibles en varias generaciones de maestros, estudiantes y comunidades educativas. El 20 de agosto 2020 el Covid acabó con su existencia en este plano terrenal. 

Abel defendió la idea de que la educación no es un servicio ni un privilegio, sino un derecho universal y una herramienta de transformación se opuso siempre a su privatización y a la mercantilización del conocimiento. Como maestro y dirigente de Fecode luchó por la dignificación de la profesión docente, las garantías laborales de los maestros y la construcción de una pedagogía crítica a partir del movimiento pedagógico alternativo e innovador que camine con la vida de los estudiantes, sus familias y comunidad. Fue un convencido que la escuela debía ser un espacio para formar ciudadanos conscientes, críticos, insistió en que sin educación de calidad y equitativa no es posible construir paz en nuestro país.

Inspirado en corrientes pedagógicas latinoamericanas, Abel promovió, la educación popular, la participación estudiantil y comunitaria y el aprendizaje como un proceso colectivo liberador. Fue un convencido que la educación era un eje importante para la transformación social Propugnó por un sistema educativo articulado que garantizara el derecho a la educación desde la primera infancia hasta la universidad. Durante su gestión en la secretaria de Educación de Bogotá, consolidó a esta ciudad como referente de educación pública en el país.  

Fue un educador que no se desligó de la lucha social, encarnó la figura del maestro como constructor de nación, como sembrador de conciencia y como arquitecto de un futuro más humano y justo. Por ello todo nuestro reconocimiento por sus luchas y aportes. Su legado continúa vivo en quienes trabajamos por hacer de la educación la herramienta más poderosa para el cambio.

Es necesario reconocer que este gobierno ha marcado un giro en la narrativa de la educación como derecho fundamental y motor del cambio social, priorizando la gratuidad, inclusión y justicia territorial.  Plasmó en su Plan Nacional de Desarrollo programas importantes para avanzar hacia el reconocimiento de ese derecho la gratuidad, la ampliación de cobertura, la calidad y la pertinencia de la educación en todos sus niveles como hace décadas se viene exigiendo.

Existen avances significativos en el enfoque en la educación pública y gratuidad en la matrícula universitaria para los estratos 1,2, y 3, una medida iniciada en el gobierno anterior, pero que el presidente Petro elevó a política de Estado, al igual que el fortalecimiento del SENA. Se ha avanzado en la construcción de infraestructura educativa en zonas apartadas y se ha hecho énfasis en la educación rural y el cierre de brechas territoriales.

 No obstante, la calidad educativa y la pertinencia siguen rezagadas; no se ha avanzado en la construcción participativa e incluyente de un proyecto educativo de nación que supere los lineamientos del modelo neoliberal imperante El Ministerio de Educación aún sigue replicando el viejo modelo.

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