Con palabras llenas de serenidad y aceptación, el expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, anunció que su lucha contra el cáncer de esófago ha llegado a un punto irreversible.
En una entrevista publicada este jueves por el semanario Búsqueda, Mujica reveló que la enfermedad, detectada en mayo de 2024, ahora afecta su hígado, lo que imposibilita cualquier tratamiento médico debido a su avanzada edad y condiciones crónicas de salud.
“El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni una cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta”, expresó Mujica con la franqueza que lo ha definido siempre.
El exmandatario, quien gobernó Uruguay entre 2010 y 2015 y se convirtió en un símbolo de la izquierda latinoamericana, aseguró que está listo para su partida. “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. El guerrero tiene derecho a su descanso”.
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Mujica adelantó que desea ser enterrado en su humilde casa en el Cerro de Montevideo, junto a su fiel perra Manuela, bajo un árbol sequoia que plantó hace años. “Yo me voy a morir acá. Ahí afuera hay un sequoia grandote. Está Manuela enterrada ahí. Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está”.
A pesar del avance de su enfermedad, Mujica se mantuvo activo en los últimos meses. Apoyó la campaña presidencial de Yamandú Orsi, quien resultó electo como presidente de Uruguay por el Frente Amplio, y participó en eventos públicos, incluyendo su encuentro en diciembre con los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Gustavo Petro, de Colombia, quienes lo condecoraron con las máximas distinciones de sus países.
En un emotivo mensaje final, Mujica se dirigió a sus compatriotas: “Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas. Es fácil tener respeto para los que piensan parecido a uno, pero hay que aprender que el fundamento de la democracia es el respeto a quienes piensan distinto. Por eso, la primera categoría son mis compatriotas y de ellos me despido. Les doy un abrazo a todos”.
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