Por: Johan Steed Ortiz Fernández
Celebramos que Neiva haya recuperado su categoría especial, pérdida que conviene recordarlo, solo cuatro concejales advertimos en su momento, mientras otros, hoy repitentes, nos tildaban de mentirosos por denunciarlo. Porque, como lo seguimos viendo, hay quienes no argumentan con criterio técnico ni en defensa del interés público, sino al servicio estomacal de sus propios intereses.
Es importante aclarar que Neiva no recupera su categoría porque haya aumentado el monto de los recursos que recibe: el giro de las transferencias del Sistema General de Participaciones nunca cambió, estos son recursos constitucionales. Lo que se corrige son indicadores de gestión fiscal y financiera que afectan, entre otras cosas, la capacidad de contratación de personal. Es decir, más allá del titular, el verdadero reto sigue siendo demostrar que una ciudad de categoría especial se gobierna con planificación, transparencia y visión de futuro. Porque hoy se necesita no solo un papel que diga qué categoría tenemos, sino una administración que se destaque, por la gestión estratégica del talento humano, planeación institucional, cumplimiento del código de integridad, gestión presupuestal y eficiencia en el gasto publico. Esa es la verdadera categoría que importa, la del compromiso con Neiva.
Y es aquí donde entramos a la gran contradicción del presente gobierno.
En diciembre pasado, mientras los neivanos celebraban las fiestas de fin de año, el Concejo aprobó —de manera apresurada y plagada de irregularidades— el Acuerdo 030 de 2024, que autorizó al alcalde Germán Casagua a endeudar al municipio por 80 mil millones de pesos. Esa decisión hoy es objeto de una demanda de nulidad con solicitud de medida cautelar, que yo mismo presenté, y que está pendiente de ser fallada por el Juzgado Segundo Administrativo de Neiva.
Entre otras razones, porque endeuda Neiva sin tener capacidad real de pago, también lo hicieron sin el concepto obligatorio del DNP como lo establece el articulo 3 del decreto 1575 de 2022, y el Tribunal Administrativo del Huila a través del magistrado ponente Jorge Alirio Cortes Soto el 8 de abril del presente año, cuando dejó sin validez la totalidad del acuerdo 07 de 2024 del concejo de Teruel que también autorizó un cupo de endeudamiento.
Pero como si eso fuera poco, ahora el Alcalde pretende endeudar más a la ciudad, en medio de una calificación de riesgo negativa y sin una planificación coherente con el Plan Plurianual de Inversiones. Esta vez son 28 mil millones de pesos más que lo convertirían en el alcalde que más ha dejado endeudada a Neiva en su historia. Y esta vez con el pretexto de “arreglar el estadio”. Claro que todos queremos ver un estadio digno, no una obra manchada por la tragedia y la corrupción donde murieron trabajadores. Pero el problema no es el qué, sino el cómo y el para qué. El facilismo del señor alcalde consiste en pensar que gobernar es como hacer mercado: cada capricho, una tarjeta de crédito nueva. Ya va en 108 mil millones de pesos en deudas, acumulados en solo siete meses desde que pidió el primer empréstito —el de los 80 mil millones— que, dicho sea de paso, ni siquiera ha ejecutado. Y mientras tanto, su administración solo ha pagado intereses, ni un peso a capital. Eso sí: las ideas le siguen saliendo carísimas a Neiva.
Ahora bien la improvisación del alcalde lo ha llevado a perder tanto la coherencia que si ustedes revisan el actual Plan de Desarrollo municipal de “Acciones por Neiva”, establecido en el acuerdo 04 de 2024, definió solicitar endeudamiento en 2024 de 33.000 mil millones, en el 2025-0 pesos, porque no le daba la liquidez, para pagar intereses de nuevos créditos, dicho por el propio secretario de hacienda en el debate de la aprobación del presupuesto para este año. En 2026 pedirían 45.000 mil millones y en 2027 los restantes 30.000 mil millones. Esto demuestra
una preocupante falta de coherencia entre el discurso oficial y la realidad fiscal del municipio.
Pregunto, ¿Dónde quedaron los discursos de campaña con los que este mismo alcalde se rasgaba las vestiduras criticando el endeudamiento de la administración anterior? ¿Dónde está la coherencia entre el discurso y la acción? Hoy, la realidad es que superó en endeudamiento a quien tanto criticó y a todos los anteriores alcaldes que ha tenido el municipio. Lo que hay es improvisación y un buen maquillaje en las cifras.
Y aquí viene lo más preocupante: la mayoría de los proyectos financiados con el crédito de 80 mil millones siguen sin ejecutarse. A más de siete meses de su aprobación, buena parte no tienen diseños ni estudios, otros ni siquiera han sido contratados y no existe una trazabilidad clara sobre cómo se están invirtiendo los recursos. Así lo advirtió el Diario del Huila, que documentó los retrasos y vacíos administrativos que hoy comprometen la sostenibilidad financiera del municipio. Es decir: endeudan, pero no ejecutan. Prometen, pero no planean. Hablan de progreso, pero no gestionan.
Más grave aún: lo hace con el respaldo de unas mayorías de concejales que ya tienen listo el libreto para aprobarlo y justificarlo, encabezados por el mismo ponente marrullero que antes se llamaba “de oposición” y ahora actúa como un incondicional con rodilleras mas ajustadas después de que el alcalde le prometiera ser presidente de la corporación. Aseguran que endeudarse es «por el progreso de Neiva», como si el progreso se construyera a punta de deuda sin planeación ni transparencia, y mucho menos gestión.
Esto no es responsabilidad fiscal, es irresponsabilidad política. Es hipotecar el futuro de Neiva sin planificación, sin evaluación técnica y sin control. Es convertir los empréstitos en una herramienta de populismo financiero para maquillar la ineficiencia. Y lo peor, es que la ciudadanía solo se entera cuando ya está endeudada.
El alcalde que prometió recuperar a Neiva, será recordado como el que más endeudó a Neiva. Y este Concejo, con bancadas mayoritarias simpatizantes del gobierno, complacientes y distantes de las verdaderas necesidades de la gente. O que le pregunten al alcalde qué le arrojo la encuesta que él mismo mandó a hacer para darse cuenta que su desaprobación estaba en el 75%, y por eso tuvo que salir a las calles, así fuera a inagurar las obras del gobierno departamental, porque las de él siguen en fase tres.
Por eso la ciudadanía ya dice en las calles, una frase que se ha vuelto común: Casagua salió peor que Gorky… y eso, ustedes saben, ya es decir mucho.








