ERNESTO CARDOSO CAMACHO
Los recientes sucesos ocurridos en la desgastada institucionalización democrática que estamos padeciendo en Colombia nos conducen a más de lo mismo, es decir, más polarización.
La información desvelada por noticias Caracol en relación con la presunta infiltración del grupo disidente “ Calarca ,“ al ejército nacional y a la Dirección Nacional de Inteligencia; es de una gravedad preocupante, dado que está en peligro la seguridad nacional tanto interna como externa. Interna por las implicaciones en la frustrada paz total del presidente Petro y externa por la inevitable relación con la dictadura de Maduro por la extensa y porosa frontera que compartimos con Venezuela.
Por otra parte, la decisión adoptada ayer jueves por el C.N.E en el sentido de aprobar la ponencia de los magistrados Prada y Ortíz, después de tantos ires y venires, ha merecido el rotundo rechazo del presidente Petro en la medida en que lo coloca, por la compulsa de copias a la Comisión de Acusaciones de la Cámara, frente a la eventual o hipotética declaratoria de acusación ante la plenaria y luego ante el Senado, para la posible pérdida de la investidura del Jefe del Estado.
Es decir, según el presidente, ya no sería “el golpe blando” si no su destitución del cargo a escasos 8 meses de terminar su período constitucional. Por ello ha sido vehemente en descalificar esa decisión administrativa considerando que, con el voto favorable del conjuez, quien ha denunciado que hizo parte activa del candidato Fico, constituye para él la evidencia clara de la persecución política que ha padecido durante su ejercicio presidencial a cargo de sus opositores.
Como ha sido su estrategia recurrente, entonces convoca la movilización popular para que defienda en las calles el mandato popular que lo convirtió en el primer presidente de la izquierda colombiana.
Pero si lo anterior fuere poco, el llamado a imputación por parte de la Corte a sus exministros de Interior y Hacienda por el gran escándalo de corrupción en la UNGRD, que se agrega a la medida de aseguramiento decretada contra los expresidentes de Senado y Cámara así como a su alta exconsejera presidencial, por los mismos hechos de corrupción, son sin duda alguna elementos de la confrontación política que atiza la ya alta llama de polarización, colocando en riesgo la sana convivencia social que está exasperada. Ya hasta en las familias es evidente la discusión apasionada entre derechistas y zurdos que enrarece tales relaciones.
La cada vez mayor cercanía de las elecciones de congreso y presidencial será seguramente otro factor que avivará ese fuego incendiario que bien se sabe como comienza, pero no como termina. En este contexto, al parecer, la decisión del C.N.E podría generar serios inconvenientes a los partidos del PH para fusionar e inscribir su lista de senado, no obstante la reciente decisión del Consejo de Estado que permitía tal fusión.
En conclusión, es evidente que como decían los abuelos, “el palo no esta para cucharas”. Si se agudiza la polarización, podríamos entrar en un escenario impredecible que no solamente colocaría en riesgo la frágil democracia si no también acabaría por destruir las instituciones que tanto tirios como troyanos dicen defender.
