La senadora y precandidata presidencial del Centro Democrático desestimó las acusaciones de María Claudia Tarazona, viuda de Miguel Uribe Turbay, y lanzó una campaña en redes sociales para contrarrestar la polémica.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
Las declaraciones de María Claudia Tarazona, viuda del asesinado senador y candidato presidencial Miguel Uribe Turbay, estremecieron la arena política colombiana al señalar a la senadora y aspirante presidencial María Fernanda Cabal de haberla amenazado en el propio Congreso de la República. Ante la magnitud del impacto mediático, la congresista del Centro Democrático desplegó una estrategia de defensa que combina comunicados, apariciones en video y un movimiento en redes sociales bajo la etiqueta #YoLeCreoaCabal.
El origen de la controversia
La controversia se desató tras una entrevista concedida por Tarazona a Noticias RCN, en la noche del 14 de septiembre de 2025. Allí relató un episodio ocurrido durante la velación de Uribe Turbay, el 12 de agosto en el Capitolio Nacional. Según su versión, cuando Cabal se acercó a darle el pésame, portaba un micrófono adherido a su camisa.
“Cuando se acercó a mí, tenía un micrófono en la camisa. Entonces, yo le dije: ‘María Fernanda, ¿te puedes quitar el micrófono, por favor?’. Me dijo: ‘No, es que yo no tengo ningún micrófono’. Le dije: ‘Ese que tienes ahí’. ‘¡Ay, no me he dado cuenta!’. Se lo quitó y se lo entregó a una niña que trabaja con ella”, relató Tarazona.
Pero lo más fuerte de su declaración vino después. La esposa del fallecido senador afirmó que Cabal fue hostil en medio de su dolor, llegando incluso a proferir palabras que interpretó como una amenaza. “Me mira y me dice: ‘Tú no conoces Colombia, tú no sabes cómo es este país, tú no sabes lo que aquí está pasando’”, aseguró.
La respuesta de Cabal
La senadora reaccionó rápidamente, primero con un video publicado en su perfil de X (antes Twitter), en el que rechazó los señalamientos y aseguró que sus palabras fueron malinterpretadas. Además, explicó que el micrófono era parte de su rutina diaria de trabajo en el Congreso, pues suele atender a medios en medio de sesiones y comisiones.
“Con todo respeto y sentimiento de solidaridad por la señora María Claudia Tarazona, esposa de Miguel Uribe Turbay, me permito aclarar a la ciudadanía que, en efecto, cuando me acerqué a saludarla, llevaba un micrófono adherido a mi camisa, como habitualmente lo hago para atender a los medios de forma permanente en comisión y plenaria, pues había realizado una grabación previamente”, dijo Cabal.
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A renglón seguido, lanzó una campaña en redes sociales con la etiqueta #YoLeCreoaCabal, con la que busca desvirtuar las acusaciones y afianzar su credibilidad ante la opinión pública.
La batalla en redes sociales
En cuestión de horas, la etiqueta se convirtió en tendencia en X, impulsada por simpatizantes de la senadora y miembros de su equipo político. El propósito fue claro: contrarrestar la ola de críticas que se generaron tras la entrevista de Tarazona y reposicionar la imagen de Cabal como víctima de un ataque político.
Entre quienes más han promovido la campaña figura José Félix Lafaurie, esposo de la senadora y presidente de Fedegán, quien replicó el video de defensa y resaltó la trayectoria de su pareja.
Además, la propia Cabal compartió en sus redes siete publicaciones sobre la entrevista que concedió al periodista Alberto González Mebarak, en la que aseguró haber hablado “sin filtro y tal como soy”.
Impacto político
El episodio ocurre en un momento crucial para la senadora, quien avanza en su aspiración presidencial de cara a 2026. Los señalamientos de Tarazona no solo tienen un componente personal y humano, sino que podrían incidir en la narrativa política alrededor de la figura de Cabal.
Mientras sus seguidores la defienden en redes, sus críticos sostienen que el incidente refleja una conducta poco empática y cuestionable para alguien que busca llegar a la Casa de Nariño.
En cualquier caso, el choque de versiones entre Tarazona y Cabal promete prolongarse, no solo en los estrados mediáticos, sino también en el debate político, donde cada palabra se convierte en un insumo para definir la confianza de la ciudadanía.
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