Diario del Huila

Marchas Históricas

Jun 17, 2025

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El atentado contra el senador y candidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien se encuentra luchando por su vida en una sala de cuidados intensivos en la clínica Santafé de Bogotá, despertó una reacción popular y solidaria en toda la opinión pública, que se encuentra inconforme con el accionar gubernamental a todo el pueblo colombiano, que salió masivamente a las calles para protestar contra la administración nefasta e incompetente del gobierno del presidente Gustavo Petro Urrego, quien no ha brindado las garantías y la seguridad para ejercer libremente la campaña electoral que se nos aproxima. Ha sido tal la indignación por este hecho criminal, perpetrado por fuerzas oscuras que atentan contra la democracia colombiana, que, por primera vez, se realizaron marchas por las principales vías de las ciudades capitales y en la mayoría de los municipios, a la cual acudieron masivamente como un gesto de apoyar la recuperación del congresista. Igualmente, no hubo necesidad de transportar y pagarles viáticos con recursos del Estado a las organizaciones sociales de otros sitios del país, como ha venido haciendo el ejecutivo para que le aplaudan sus discursos incendiarios. Se estiman que asistieron más de 400 mil personas a estas marchas. Los medios de comunicación y las redes sociales han difundido imágenes donde se reflejan la masiva concurrencia. Podemos inferir que “así como fue el desayuno, será el almuerzo”, como lo expresaban nuestros ancestros.

A los movimientos políticos afectos al gobierno nacional, les espera un panorama muy difícil para volver a obtener el triunfo presidencial y fortalecer su presencia en el congreso de la república en las próximas elecciones de 2026. Petro ha perdido su principal estrategia electoral: las calles. Ya no gobierna para las calles.  Así como están las cosas, al gobierno nacional, le queda muy difícil que una convocatoria a una constituyente como la ha planteado sea aprobada por el electorado. Podemos inferir, que los movimientos que apoyan deben bajarse del ring de las contiendas, que tienen hastiados a la sociedad colombiana. Estas marchas se convirtieron en un estilo de democracia de la calle. No hubo un caudillo que las liderara, así los áulicos del gobierno nacional digan lo contrario.

Es la expresión popular de las familias colombianas que se sienten inconformes por las políticas públicas que ha emprendido y que no solucionan los verdaderos problemas estructurales que presentan los sectores populares del país. Podemos afirmar que, así como se encuentra el país polarizado, la izquierda ha perdido en menos de tres años de gobierno, la mejor oportunidad para convertirse en una opción de poder permanente para solucionar los problemas sociales, económicos y políticos que los aquejan desde décadas atrás. Han perdido el mejor momento histórico para lograrlo. Esta Marcha del silencio, como se denominó se transformó en un multitudinario grito de rechazo a los violentos y al rechazo gubernamental.         

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