Ante el desespero fiscal del gobierno Nacional, porque el manejo irresponsable de las finanzas públicas, le está pasado factura por la irracionalidad que ha propiciado para que persistan unos desequilibrios financieros por la forma de incrementar el gasto público durante los últimos 34 meses, sin tener en cuenta la disminución progresiva que han presentado los recaudos tributarios de la Nación, que producto de las decisiones en el manejo de la política macroeconómica del país, no se vislumbra al final de túnel la luz que permita fortalecer la política tributaria. La regla fiscal fue establecida por la Ley 1473 de 2011, la cual busca: asegurar la estabilidad de las finanzas públicas de tal forma que no se supere el límite de deuda. Es decir, es un mecanismo legal para poner límites a los niveles de gasto y de endeudamiento en los que el Gobierno Nacional puede incurrir. Esas limitaciones que se autoimpone el Estado no solo impiden el daño generado por administraciones derrochadoras o con un descontrol en su deuda, sino también envían señales a los mercados sobre los compromisos gubernamentales con la sostenibilidad macroeconómica.
Hay que tener presente que la regla fiscal en Colombia es un mecanismo que busca garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas y el manejo responsable del endeudamiento público. Además, puede afectar el tipo de cambio de varias maneras. Por un lado, si el gobierno reduce sus gastos para cumplir con la regla fiscal, se puede disminuir la demanda interna y la inflación, lo que a su vez puede apreciar el peso frente al dólar. En caso contrario, si se aumentan sus ingresos para cumplir con la regla fiscal, mediante impuestos o endeudamiento externo, ésto puede incrementar la oferta de dólares en el mercado cambiario y depreciar el peso frente al dólar. En este caso, algunos especialistas han dicho que el dólar podría superar la barrera de los 7.000 pesos. Sería una estocada mortal para la economía colombiana, si el gobierno nacional continúa con la pretensión de eliminarla, mediante el mecanismo de la Vía de Escape, para evadir estos límites que impone este instrumento de política económica.
Es absurdo que el gobierno nacional, busque estas formas irresponsables de obtener mayores ingresos para poder financiar sus exabruptos compromisos que no ha podido cumplir con las bandas criminales, a los cuales los ha mantenido subsidiados con el sofisma de que no sigan matando, pero que a la fecha por el abultado ´déficit fiscal que a la fecha está superando el 7%, puede generarle las más grandes problemáticas y nefastas consecuencias para el bienestar de las familias colombianas y el crecimiento económico. Todos los gremios económicos, precandidatos presidenciales y demás asistentes, reunidos ayer en la Convención Bancaria en Cartagena, coincidieron con lo planteado en el presente editorial. Se está minimizando la acumulación de capital y riqueza.







