Tras el fallecimiento del papa Francisco, ocurrido el pasado 21 de abril en Ciudad del Vaticano, el mundo católico entra en un nuevo periodo de transición, mientras se alistan los preparativos para el cónclave que elegirá al próximo sumo pontífice.
En ese contexto, ha comenzado a resonar el nombre del colombiano Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y cardenal desde 2023, como uno de los posibles candidatos a ocupar la silla de Pedro.
Rueda Aparicio, nacido el 3 de marzo de 1962 en San Gil, Santander, es el único cardenal colombiano con derecho a voto en el próximo cónclave, condición que lo sitúa en una posición destacada dentro del Colegio Cardenalicio. Su trayectoria pastoral y su compromiso con la paz y la reconciliación en zonas afectadas por la violencia en Colombia lo han convertido en una figura influyente dentro de la Iglesia.
Antes de ingresar al seminario, trabajó en diversos oficios, desde la construcción hasta el periodismo local. En 1983 inició su formación sacerdotal y, años más tarde, se especializó en Teología Moral en Roma. Fue ordenado sacerdote en 1989 y, desde entonces, ha ejercido su labor en comunidades rurales y urbanas, destacándose por su cercanía con los más vulnerables.
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Designado obispo de Montelíbano en 2012 y posteriormente arzobispo de Popayán en 2018, su trabajo en regiones golpeadas por el conflicto armado ha estado marcado por el diálogo, la defensa de los derechos humanos y el impulso de procesos de reconciliación. En 2020 asumió como arzobispo de Bogotá y desde 2021 preside la Conferencia Episcopal de Colombia.
Aunque su nombre no figura entre los principales favoritos en las listas de expertos vaticanos, su perfil coincide con la visión pastoral que impulsó el papa Francisco: una Iglesia cercana, comprometida con los pobres y sensible a las causas sociales. Su eventual elección no solo marcaría un hito para Colombia, que nunca ha tenido un papa, sino que también consolidaría el creciente protagonismo del sur global dentro de la Iglesia católica.
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