La reciente publicación de actualización de la lista de medicamentos esenciales de la OMS en 2025 marca un viraje histórico. Más que es un simple ajuste técnico, es un cambio de paradigma: la oncología entra en el núcleo de lo indispensable para la humanidad. La inclusión de terapias inmunológicas como el pembrolizumab para cáncer cervicouterino metastásico envía un mensaje claro: la frontera de lo posible en salud global ya se está moviendo.
Este hecho revela algo importante. El medicamento esencial dejó de ser solo un antibiótico básico o un analgésico de bajo costo. Ahora, lo esencial también son terapias avanzadas que prolongan la vida, devuelven esperanza y transforman la ecuación entre ciencia y justicia. Se trata de un salto conceptual: la dignidad humana merece acceso a lo mejor, incluso en contextos de escasez.
Colombia y américa latina reciben en esta decisión una invitación que no admite dilaciones. Además de conocer la resolución: se requiere rediseñar sistemas de compras, repensar modelos de financiamiento y asumir que el cáncer no es un lujo de alta complejidad, sino un factor prioritario de política pública. El cáncer cervicouterino, prevenible y eliminable, se convierte así en el símbolo de nuestra capacidad para transformar inequidad en oportunidad.
El reto además de financiero es cultural y político. Requiere líderes capaces de entender que cada mes de vida adicional que ofrece una inmunoterapia significa también tiempo para una madre con sus hijos, una mujer que decide sobre su futuro, una comunidad que preserva su tejido social. Lo que está en juego es la dignidad humana.
La verdadera pregunta es si estamos listos para cambiar esta realidad. La Organización Mundial de la Salud OMS ya lo viene haciendo. Para la humanidad siempre la primera opción y más costo efectiva es enfrentar el cáncer desde la prevención, pero cuando la enfermedad supera esta barrera, nos toca dejar de mirarlo como un gasto y asumirlo como la mayor inversión en capital humano y equidad. Cuando un medicamento entra en la lista esencial, el reloj comienza a correr en nuestra contra, cada día sin acceso es un día de vidas que se pierden evitablemente.
El futuro del control del cáncer se decide en la capacidad de convertir lo esencial en universal. Ese es el verdadero liderazgo. Ese es el mandato de nuestro tiempo. hsalamanca@fundacionsalbo.org








