Diario del Huila recorrió el lugar y escuchó a los artesanos que ‘sobreviven’ en este emblemático sitio de la capital del Huila, que a gritos pide apoyo de los gobiernos. La Administración de Neiva informó que se realizará la revocatoria del comodato de cerca de 29 locales de los 54 existentes.
Desde la inauguración del Malecón del río Magdalena en Neiva, durante el gobierno de Cielo González Villa, distintos mandatarios han reiterado que la ciudad debe darle la cara al río que abraza a nuestra amada capital del Huila. En función de ese propósito, históricamente se han realizado millonarias inversiones en este espacio emblemático. Sin embargo, hoy se encuentra subutilizado y requiere con urgencia ser reactivado.
Un ejemplo de ello es que, el 21 de marzo de 2021, durante la administración de Gorky Muñoz Calderón, se hizo entrega oficial de 54 espacios públicos productivos en la plazoleta de artesanos del Malecón, en el marco del proyecto denominado “Dinamización de espacios públicos para la realización de actividades productivas, deportivas y culturales de impacto socioeconómico positivo”.
Dentro del documento de comodato se estableció como condición que, en ningún caso, los beneficiarios podían arrendar o aprovechar comercialmente los espacios públicos para fines distintos a los autorizados por la Administración Municipal. El incumplimiento de esta obligación habilita al municipio para revocar la resolución de adjudicación del espacio.
Es decir, el 60 % de estos locales será reasignado a verdaderos artesanos, según lo anunció recientemente la Alcaldía.
Revisión y revocatoria
En enero de este año, la actual administración notificó a los beneficiarios del comodato que, tras realizar visitas al sitio, la Subdirección de Espacio Público evidenció el abandono de varios locales: no abren sus puertas ni están en uso. Por ello, se anunció la revocatoria de aproximadamente 29 comodatos, los cuales serán reasignados dentro del proceso correspondiente.
Recorriendo el Malecón
Diario del Huila visitó el lugar y conversó con los artesanos que aún mantienen sus negocios abiertos, pese al bajo flujo de visitantes y la falta de respaldo institucional. Ellos aseguran que su labor no se limita a las fiestas de San Pedro y piden estrategias permanentes para atraer turistas al sector.
Marlon Cabrera, artesano, habló con nosotros sobre la situación actual:
“Primero que todo, como artesanos y comerciantes no hemos tenido sentido de pertenencia. Hay muchos locales cerrados. La Alcaldía está haciendo gestiones para ver qué va a pasar con esas personas que no abren”, afirmó.
Según Cabrera, quienes no utilizan los locales es porque realmente no los necesitan. Señala que apenas unos 12 artesanos, con perseverancia, abren a diario sus negocios y promueven sus productos.
“La verdad esto nos perjudica a todos. Hay mucha gente ubicada al fondo, donde solo abren dos o tres locales, y así no se puede generar una economía sostenible”, agregó.
Inseguridad y abandono
El artesano manifestó también que el Malecón fue concebido como un sitio estratégico para recibir turistas, pero hoy sufre por la falta de seguridad y mantenimiento.
“La Alcaldía nos quitó la seguridad. Este debería ser un lugar prioritario, más aún cuando se han hecho inversiones importantes. Si mal no recuerdo, la última fue de 8.000 millones de pesos. No puede ser que el Malecón esté así de abandonado”, dijo Marlon.
A diario, los artesanos se enfrentan a la delincuencia, habitantes de calle, hurtos y deterioro de la infraestructura, como las tapas del sistema eléctrico. Todo esto ha generado un ambiente de desprotección.
“Si no abrimos, esto desaparece”
Marlon insistió en que los propios artesanos deben empezar por abrir sus locales y darle vida al lugar:
“¿Cómo nos va a apoyar la Alcaldía si ni siquiera abrimos? Si estuviéramos aquí todos los días, esto cambiaría. Se harían más actividades y entidades públicas y privadas nos apoyarían. Este sitio tiene potencial, pero no puede seguir limitado solo a eventos de comida o San Pedro. Aquí hay mucho más por mostrar”.
Altos costos de servicios públicos
El pago de los servicios públicos, sumado al escaso flujo de turistas, genera un fuerte impacto económico. Los artesanos denuncian, especialmente, el cobro exagerado del servicio de aseo por parte de la empresa Ciudad Limpia.
“Nos están cobrando 35.000 pesos, y a veces ni limpian. Vienen con sopletes, pero no todos los días. Pasan hasta cinco días sin venir y el sitio se ensucia. Nos toca a nosotros ayudar, pero el cobro sigue siendo excesivo”, reclamó.
Según cuentan, el promedio de ventas no supera los 100.000 pesos diarios, y hay días en los que no logran ni siquiera reunir para el almuerzo.
“La gente pensó que esto sería como el Malecón viejo, cuando recién lo abrieron. En esa época se vendía hasta un millón de pesos al día, pero todos abrían. Aquí, si no abrimos, no hay cómo vender”, concluyó Marlon.
Luchando por visibilizarse
Ante la difícil situación, muchos artesanos participan en ferias dentro y fuera de la ciudad, donde tienen más visibilidad y mayores ingresos. Sin embargo, su deseo es poder trabajar dignamente en el Malecón.
Durante el recorrido, también hablamos con María Nancy Medina Botache, reconocida artesana y líder del sector, quien detalló algunas de las principales falencias:
“Las administraciones nos han dejado solos. Necesitamos apoyo porque somos la cara turística de Neiva y nadie nos ha puesto cuidado. Este recorrido debería estar embellecido”, expresó.
Medina también hizo un llamado a verificar que los locales estén ocupados por verdaderos artesanos y no por comerciantes de comida u otros negocios ajenos al propósito del Malecón.
“Pedimos que el alcalde participe activamente, que nos brinde apoyo en seguridad. Nosotros podríamos aportar para contratar otra persona que nos vigile. Aquí hay mucha indigencia y eso nos expone. Queremos más cuidado, más presencia institucional, más eventos que atraigan turistas”.
El olvido turístico
Nancy considera que la ciudad ha centrado su actividad económica en los centros comerciales, dejando de lado espacios como el Malecón, que deberían ser íconos del turismo local y motores para la economía de decenas de familias.
La evidencia es clara: durante la jornada periodística, Diario del Huila solo encontró a una pareja y un joven visitando dos locales.
“En el día, a veces vienen dos personas, a veces cinco, cuando estamos de buenas. Si vendemos 150.000 pesos, de ahí toca sacar para el transporte, la comida y guardar algo. Pero hay días que pasamos en blanco”, lamentó Nancy.
Un llamado al corazón
Al unísono, los artesanos que aún resisten en el Malecón del río Magdalena le piden al alcalde que “se ponga la mano en el corazón” y los ayude como verdaderos artesanos que son.
