El secuestro de 34 soldados en El Retorno, Guaviare, refleja la creciente tensión entre la Fuerza Pública, grupos armados ilegales y comunidades presionadas. Lo que inició como un operativo contra un cabecilla terminó en combates, la muerte de un civil y una asonada que mantiene en vilo al país.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
El país sigue en vilo tras cumplirse más de 36 horas de la retención de 34 soldados del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (CCOES) en zona rural de El Retorno, Guaviare. Lo que comenzó como una operación militar contra un cabecilla de las disidencias terminó convertido en un escenario de tensión, reclamos de la comunidad y un nuevo episodio de asonada contra la Fuerza Pública.
El origen: la muerte de alias Dumar
El secuestro de los uniformados habría sido una retaliación directa por la muerte de alias Dumar, cabecilla de un grupo armado ilegal que operaba en la zona. Según fuentes militares, la operación inició el domingo en horas de la tarde cuando un francotirador dio de baja al jefe criminal. Lo que vino después fue un enfrentamiento de más de 12 horas, en el que murieron diez hombres señalados de pertenecer a esa estructura y un civil que aún genera controversia.
“Los combates se prolongaron durante más de 12 horas y el resultado fue la muerte de diez hombres, junto con la incautación de su armamento”, señaló una fuente cercana al operativo.
Durante la operación, tropas del Ejército aseguraron la zona, pero al intentar replegarse se encontraron con la resistencia de un sector de la comunidad que bloqueó su salida y terminó cercando a los militares.
Reclamos por la muerte de un civil
El operativo dejó además la muerte de un civil, lo que desató inconformidad en la comunidad. Un militar confirmó en comunicación privada que este hecho fue reportado por el propio almirante Francisco Cubides, comandante de las Fuerzas Militares.
El oficial explicó que en la vivienda donde estaba alias Dumar se encontraba un hombre vestido de civil. “En cercanías de la casa donde estaba este individuo, cuando fue el combate, se produjo un intercambio de disparos desde varios puntos, incluso desde un billar cercano”, dijo Cubides en entrevista.
El cuerpo fue trasladado a Medicina Legal en San José del Guaviare, pero el hecho alimentó los reclamos de habitantes de la zona, quienes cuestionaron el accionar de las tropas.
La presión de alias Yimmi Martínez
Tras conocerse la muerte de ese civil, Jhon Wilmer Ulcue Trochez, alias ‘Yimmi Martínez’, identificado como dueño de la finca donde se adelantó el operativo, habría presionado a más de 600 personas de la comunidad para retener a los 34 militares.
De acuerdo con las autoridades, este sería el hombre que instigó la asonada, en la que participaron civiles que incluso llegaron a vestir camisas blancas para confundirse con los soldados y utilizar drones como parte de la ofensiva.
Un patrón que se repite
El secuestro de los militares en Guaviare no es un hecho aislado. Según datos revelados por las Fuerzas Militares, en lo corrido de este año ya se han registrado más de 23 asonadas en distintas regiones del país, varias de ellas con la retención de uniformados. Los departamentos más afectados han sido Cauca, Guaviare, sur de Bolívar y Norte de Santander.
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Estas acciones, promovidas por comunidades presionadas o instrumentalizadas por grupos armados ilegales, se han convertido en un desafío recurrente para la Fuerza Pública y un riesgo para la seguridad nacional.
La mediación de la Defensoría
La Defensoría del Pueblo se trasladó hasta la vereda donde ocurrió la retención con el fin de mediar en la liberación de los soldados y atender las denuncias de la comunidad. Aunque hasta ahora no se ha producido un desenlace definitivo, la presencia del organismo busca garantizar el respeto de los derechos humanos en medio de una situación compleja en la que confluyen reclamos sociales, presión armada y desinformación.
Incertidumbre y tensión en la región
Mientras los 34 soldados permanecen retenidos en la selva profunda del Guaviare, el Gobierno y las Fuerzas Militares insisten en que se trata de un secuestro y no de una retención voluntaria de la comunidad, como algunos sectores intentan plantear.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, se pronunció a través de sus redes sociales asegurando que el Estado no dejará solos a los uniformados ni permitirá que se repitan estos hechos. Sin embargo, la tensión en el terreno sigue en aumento y la incertidumbre sobre la suerte de los militares mantiene en alerta a todo el país.
Este episodio pone nuevamente sobre la mesa la vulnerabilidad de las tropas en zonas de alta presencia de grupos armados ilegales, así como la necesidad de revisar las estrategias de seguridad y de presencia estatal en regiones como Guaviare, donde la línea entre la comunidad y la insurgencia se torna difusa bajo presión y miedo.
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