“La paz esté con ustedes”: fueron las primeras palabras del nuevo líder de la Iglesia Católica tras salir al balcón central de la Basílica de San Pedro y ser presentado al mundo como León XIV, el sucesor de Jorge Mario Bergoglio.
El humo blanco que emergió este jueves desde la Capilla Sixtina anunció al mundo que el cónclave de cardenales había concluido con la elección de un nuevo Papa. Más de una hora después, el cardenal francés Dominique Mamberti, en su papel de protodiácono, proclamó la fórmula tradicional en latín: Habemus Papam, confirmando que el nuevo pontífice sería el cardenal Robert Francis Prevost, quien eligió como nombre pontificio León XIV.
En su primera alocución, pronunciada parcialmente en español, el nuevo Papa hizo un llamado a la fe y a la unidad: pidió a los fieles ser seguidores de Cristo y aseguró que “el mal no prevalecerá”. También dirigió un mensaje directo a los pueblos del mundo al lanzar un “llamado a la paz”.
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Prevost, de origen estadounidense, expresó con especial énfasis su gratitud hacia su predecesor: “Gracias al papa Francisco”, dijo ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Enseguida, se refirió a su experiencia pastoral en América Latina con un gesto emotivo: “Y si me permiten también una palabra, un saludo… a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú”.
León XIV, quien hasta su elección se desempeñaba como prefecto del Dicasterio para los Obispos, fue misionero en el norte del Perú durante años y es considerado una figura cercana al pensamiento reformador del papa Francisco, con énfasis en la justicia social, el trabajo pastoral desde las periferias y el enfoque sinodal dentro de la Iglesia.
La elección de su nombre pontificio remite al recuerdo del papa León XIII, impulsor de la doctrina social de la Iglesia.
Así comienza oficialmente el pontificado de León XIV, en medio de una plaza colmada de banderas, oraciones y esperanza por una Iglesia que sigue en camino de renovación.
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