DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
La recién estrenada película “Nonnas” de Netflix, está basada en una historia real, que cuenta lo ocurrido a Joe Scaravella, cuando abrió el restaurante Enoteca Maria en Staten Island, como un homenaje a su madre, después que ella murió. Me pareció muy divertida sobre todo porque en algunos apartes refleja lo que ocurre en el Restaurante Parrilla Once de Neiva, con mis cuatro hermanas, todas pasaditas de 60 años. Las “nonnas” es el nombre que les dan a las abuelas italianas. El restaurante, recreado en el cine, está ubicado en un barrio con vista al oriente del bajo Manhattan. Se caracteriza por tener como chefs a mujeres mayores de diferentes culturas y países. Las «nonnas» aportan no solo sus habilidades culinarias, sino también su sabiduría, tradición y memoria, creando una experiencia gastronómica única y emocional. El protagonista es el actor Vincent Vaughn. Las actrices que representan a las “nonnas” son de primera línea, como la todavía exuberante Susan Sarandon, quien a sus 89 años de edad realiza un papel extraordinario caracterizando a Gia, la encargada de los postres. Talia Shire, con 79 años, es otra de las “nonnas”, a ella la recordamos por su interpretación de Connie Corleone en El padrino y Adrianna Pennino Balboa, la esposa de Rocky. También están Lorraine Braco, de 70 años, famosa por su papel en Los Soprano. La cuarta “nonna” es Brenda Vaccaro, quien a sus 85 años no para de divertirnos. Por su trabajo ha sido candidata al Óscar y ganadora del Globo de Oro. En la película, estas abuelas se encontraban relegadas y Joe las rescata y les ayuda a buscar un nuevo propósito y una oportunidad de compartir su conocimiento culinario con el mundo, mientras él encuentra consuelo y motivación en su proyecto. La cinta enfatiza el papel de la comida como un acto de amor y conexión, transmitiendo la pasión y la tradición de generación en generación. Dice Scaravella: “Las abuelas toman lo que su madre les enseñó a hacer, lo que su abuela les enseñó a hacer, y cada vez que estas mujeres están en la cocina, tienen toda esa cultura saliendo de sus manos. Esto no es un restaurante. Se mueve como un restaurante, huele como un restaurante, habla como un restaurante, pero no es un restaurante. Es un intercambio cultural”.
