Diario del Huila

Las mujeres del 2026

Ene 15, 2025

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Por: Juanita Tovar
Colombia es un país con una historia compleja respecto a la figura de la mujer, una historia que ha transitado de la marginalidad a la conquista de derechos y espacios de liderazgo, aunque todavía enfrenta importantes retos. A lo largo de los años, las mujeres han luchado por su inclusión en la vida política, económica y social, desafiando normas que las relegaban al ámbito privado. Este proceso ha sido un reflejo del avance hacia una sociedad más inclusiva, un fenómeno global que ha permitido a las mujeres cuestionar los roles tradicionales y ocupar espacios que históricamente fueron exclusivos de los hombres.

En Colombia, las primeras figuras femeninas destacadas en la política, como Nohemí Sanín en la Cancillería, marcaron el inicio de un cambio en el rol de la mujer en la política. A medida que el país avanzaba hacia la modernización, otras mujeres comenzaron a ganar visibilidad, posicionándose en áreas clave del gobierno y desempeñando papeles fundamentales en la toma de decisiones. Con los años, las mujeres no solo lograron ser elegidas para cargos públicos, sino que también comenzaron a ocupar ministerios clave, como el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Relaciones Exteriores, lo que reflejaba una creciente aceptación y reconocimiento, por fin, de sus capacidades. Un claro ejemplo de ello fue la vicepresidencia de Marta Lucía Ramírez, quien no solo llegó a un cargo de alto nivel, sino que también desafió expectativas y jugó un papel activo en la política colombiana.

En este contexto, nombres como el de la actual ministra de Ambiente en el gobierno de Gustavo Petro, Susana Muhamad, empiezan a tomar importante relevancia en el ámbito político. Su intervención en Washington, presentando el portafolio de transición climática de Colombia valorado en 40 mil millones de dólares, da visos de ser una de las posibles candidatas presidenciales para 2026. Aunque no ha confirmado oficialmente su candidatura ni su salida del ministerio, Susana Muhamad en EE. UU. asumió todo un estilo de candidata presidencial: daba discursos, siempre con tono de campaña electoral. Esto podríamos verlo como un calentamiento de ella para lo que se podría venir: ser la candidata de Petro en el 2026.

Este fenómeno, que se está viviendo en Colombia con la posible candidatura de Muhamad y las aspiraciones de Vicky Dávila, María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Claudia López, refleja una tendencia más amplia que se ha observado en varios países con fuertes tradiciones de liderazgo masculino. Figuras como Angela Merkel en Alemania y Michelle Bachelet en Chile, por ejemplo, llegaron a la presidencia en contextos donde el poder político estuvo históricamente dominado por hombres. Merkel y Bachelet no solo asumieron el poder, sino que, a través de su liderazgo, transformaron el contexto político y social de sus respectivos países. Merkel consolidó a Alemania como una de las potencias más influyentes de Europa, mientras que Bachelet jugó un papel clave en la transición hacia un modelo de mayor justicia social en Chile.

Por su parte, es fundamental rememorar el caso de Margaret Thatcher. Su liderazgo en el Reino Unido marcó otro ejemplo de cómo una mujer puede ejercer un poder decisivo en tiempos de gran tensión, demostrando que el liderazgo femenino no solo es posible, sino también efectivo. Durante su mandato como primera ministra, el cual fue el más extenso del siglo XX (1979-1990), Thatcher lideró a la Mancomunidad Británica de Naciones en uno de los momentos más complicados de la historia moderna, enfrentando retos tanto internos como internacionales. Su firmeza en decisiones como la Guerra de las Malvinas, o su enfoque en la economía y la política exterior, demostró que el liderazgo de una mujer es tan decisivo y efectivo como el de cualquier hombre.

Este tipo de liderazgos internacionales marcan un precedente importante para Colombia, que históricamente ha sido dominada por figuras masculinas en el ámbito político. El panorama para 2026, sin embargo, podría ser diferente. El país está ante la posibilidad de que, por primera vez, una mujer sea presidenta. Este cambio no es solo producto de un cambio estructural en la política, sino también de una evolución en la forma en que la sociedad colombiana entiende el liderazgo, que no está condicionado por el género, sino por la capacidad y el compromiso con los grandes temas nacionales.

Para las elecciones presidenciales de 2026, el panorama es prometedor, con toda una palestra de candidatas de diversos perfiles. Todas ellas, desde diferentes posiciones ideológicas, podrían convertirse en contendientes clave en una elección histórica. La aparición de tantas mujeres en la política no solo representa un avance en la representación de género, sino también una diversificación del sistema político colombiano. La presencia de mujeres en roles de liderazgo refleja el reconocimiento de su capacidad para asumir responsabilidades y de la necesidad de su participación activa en el proceso democrático, transformando el rumbo del país hacia un futuro más inclusivo, justo y próspero.

Este es un tiempo histórico para Colombia, un tiempo en el que las mujeres tienen la oportunidad de asumir la conducción del país y seguir el ejemplo de líderes internacionales que han transformado sus naciones. La presencia femenina en la política no será solo un cambio simbólico, sino una transformación real que llevará a Colombia a un futuro más equitativo, diverso y próspero para todos. En este sentido, las elecciones de 2026 serán una prueba de que las mujeres colombianas tienen el liderazgo necesario para cambiar el destino del país.

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