Por: Álvaro Hernando Cardona González
En la edición del sábado pasado, reflexionábamos sobre las dificultades para escoger un tema para esta columna. Admitimos que nos faltó mencionar que los temas ambientales, tal vez por ser frecuentes, se vuelven rutinarios, al punto de que todos sabemos que ese es el más grave problema de la humanidad, pero poco hacemos al respecto.
Para esta edición traemos un tema poco tratado: la fauna. Y más concretamente sobre las aves. Para ello hemos analizado algunos datos interesantes obtenidos de BirdLife International, una alianza de organismos de conservación locales surgida en 1994 y que cuenta con una larga trayectoria de lucha por la conservación de la avifauna del planeta.
No hay ningún otro país en el mundo que tenga la diversidad de aves que hay en Colombia. Son casi dos mil especies diferentes: específicamente, 1966. Pero, las actividades humanas y especialmente la crisis climática están poniendo en riesgo la vida de las aves. Por esto tenemos la Estrategia Nacional para la Conservación de bar aves de Colombia, ENCA 2030, que es una iniciativa surgida hace más de 20 años con el propósito de saber qué se debe hacer para que Colombia conserve esta diversidad.
Los objetivos de ENCA al comienzo eran mejorar el conocimiento de las aves y crear estrategias de conservación, pero los propósitos se han ampliado. Por ejemplo: la comunidad de ornitólogos colombianos han estado revisando el conocimiento base para determinar estrategias para mayor conocimiento y georreferenciación. En esta meta se unieron posteriormente instituciones nacionales e internacionales y, la comunidad científica, e incluso algunas comunidades locales, y observadores de aves. Se espera que pronto estos acervos sean compartidos con gobernantes de entidades territoriales y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
La ENCA también ha identificado varias causas del impacto del cambio climático en la avifauna colombiana: 1) la acidificación y el aumento de la temperatura marina; porque agua más ácida y más caliente afecta especies de moluscos o peces que son alimento para las aves marinas. 2) El aumento del nivel del mar, pues elimina algunas zonas costeras que son el lugar de reproducción y anidamiento de algunas aves. 3) Las sequías extremas, ya que algunas especies podrán adaptarse a estas condiciones, pero habrá otras que definitivamente no. Y esas especies que ya están disminuyendo en cantidad eran frecuentes en Colombia.
Los problemas de la conservación son multidimensionales y las soluciones también deben serlo. El ciudadano común, la academia, los tomadores de decisión, todos debemos poner de nuestra parte. Y como siempre, se requiere sincerarnos y tener valor en la toma de decisiones.
