Diario del Huila

La Urgencia de una Gestión Forestal Responsable en Neiva

Feb 22, 2025

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Las intensas lluvias que han azotado a Neiva en los últimos días han puesto en evidencia una crisis que pudo haberse evitado: la caída de árboles en riesgo. Con más de 582 árboles identificados como potenciales amenazas, la falta de intervención oportuna ha desembocado en tragedias, como la reciente pérdida de un joven de 30 años. No es un caso aislado, sino el resultado de una gestión forestal que aún presenta vacíos y reacciona más a las emergencias que a la prevención.

Las cifras hablan por sí solas. Desde 2023, se identificaron 400 árboles en estado crítico, pero el proceso de intervención ha sido lento e insuficiente. A esto se suman los 182 casos nuevos registrados en lo que va del año, lo que plantea un reto urgente para la administración municipal. La Oficina de Gestión de Riesgos y Desastres ha redoblado esfuerzos junto al Cuerpo de Bomberos, pero la realidad demuestra que la capacidad operativa sigue siendo limitada frente a la magnitud del problema.

Es imperativo que la gestión de la arborización en la ciudad deje de ser vista únicamente desde una óptica reactiva. Se necesita una estrategia integral que combine evaluación periódica, intervención eficiente y concienciación ciudadana. La Comisión de Árboles ya establece protocolos de tala y poda, pero el mensaje debe ser claro: no se trata solo de evitar bloqueos viales o daños materiales, sino de proteger vidas humanas.

A la par de las medidas gubernamentales, la comunidad también juega un papel clave. La denuncia oportuna de árboles en riesgo y la colaboración de administradores de conjuntos residenciales pueden marcar la diferencia entre una prevención efectiva y una tragedia inevitable.

Neiva no puede seguir sumando víctimas a causa de la falta de previsión. Es hora de que las autoridades prioricen la seguridad ciudadana con un plan de acción contundente y eficaz. La naturaleza no espera, y la gestión del riesgo tampoco debería hacerlo.

Asimismo, es fundamental que se refuercen los mecanismos de monitoreo y control sobre la arborización urbana, aprovechando la tecnología para realizar inspecciones más precisas y efectivas. Implementar sistemas de detección temprana y fortalecer el equipo técnico permitirá una respuesta más rápida y eficiente ante posibles riesgos.

Finalmente, este problema también debe ser abordado desde una perspectiva ambiental. No se trata solo de talar árboles en peligro, sino de garantizar la reforestación adecuada y el mantenimiento de áreas verdes seguras. La planificación urbana debe considerar un equilibrio entre la conservación ecológica y la protección de los ciudadanos, asegurando que Neiva continúe siendo una ciudad verde, pero sin poner en riesgo la vida de sus habitantes.

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