Diario del Huila

La transformación

Sep 22, 2025

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Por: Mario Solano

​El mundo esta en constante movimiento. Estamos en la era de los cambios, la era de acuario, lo expresan los astrólogos; Sea cual sea la causa, es innegable que los principios y valores que alguna vez sirvieron de base para nuestra sociedad están experimentando una transformación acelerada. Miremos a nuestro alrededor para notarlo. algo tan simple como la vestimenta. ¿Cuándo fue la última vez que vimos a un presidente o a un alto dignatario en un discurso público con un atuendo formal? Hoy lo común es ver a líderes con la vestimenta de un ciudadano común o, mal vestidos, esto es visto como una señal de cercanía o autenticidad. Algo similar se da en la esfera de la ética y el comportamiento público. Hace poco,(no mas de cinco anos) cualquier líder que se asociara con individuos perseguidos por la justicia enfrentaría un escándalo mayúsculo. Hoy, esas mismas asociaciones son a menudo normalizadas, o incluso ignoradas por la comunidad. La línea entre lo aceptable y lo inaceptable se ha vuelto borrosa o, como lo expreso un asesor de campanas, la línea se ha corrido y, que hablar del vocabulario, hoy muchos de los lideres sociales se expresa como si fueran, El Capo, el jefe de una banda delicuencial, eso es lo que lo hace del pueblo. La verdad misma parece haber perdido su valor absoluto, hoy la mentira repetida, forma parte obligada del discurso político, arruinar la carrera de una persona, su honra poco o ningún valor o ningún valor se le da, esperan a que se demande y corrigen seis meses después como si nada hubiese pasado. La mentira se ha convertido en una herramienta más, en el arsenal de algunos líderes. Se perdió la tradición del respeto y la honra hacia los demás. Bien lo decía Gustav Mahler, “LA TRADICION NO CONSISTE EN ADORAR LAS CENIZAS, SINO EN AVIVAR EL FUEGO”. En la era de la información rápida y la desinformación masiva, la verificación de los hechos a menudo queda en un segundo plano. El escándalo que una vez seguía a una mentira pública ha sido reemplazado por la aceptación resignada. Ver a un líder dar un discurso con un estado de conciencia alterado antes habría sido impensable. Lo que antes era un motivo de alarma, ahora se percibe como parte de la «nueva normalidad».

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