El atentado del que fue víctima el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay este sábado en Bogotá ha vuelto a poner en el centro del debate público la historia de violencia que ha afectado profundamente a su familia. Su madre, Diana Turbay, periodista y directora de la revista Hoy por Hoy, fue secuestrada en 1990 por orden del narcotraficante Pablo Escobar, cuando intentaba entrevistar al jefe del M-19, Carlos Pizarro. La periodista murió en 1991 durante un fallido operativo de rescate en un hecho que conmovió al país.
El crimen fue atribuido a los llamados “extraditables”, un grupo conformado por capos del narcotráfico que buscaban frenar su envío a Estados Unidos. Diana Turbay permaneció 152 días en cautiverio antes de perder la vida, convirtiéndose en uno de los casos más emblemáticos de la violencia del narcotráfico en Colombia. Desde entonces, su familia ha mantenido una postura firme contra la criminalidad y ha estado vinculada activamente en la política nacional.
Miguel Uribe, quien tenía apenas cinco años cuando fue asesinado su madre, ha relatado en distintas ocasiones cómo este hecho marcó su vida personal y su vocación política. En sus discursos ha señalado que el legado de su madre lo ha motivado a defender la democracia, la justicia y los derechos humanos desde el Congreso de la República, primero como concejal de Bogotá, luego como secretario de Gobierno y ahora como senador del Centro Democrático.
Tras el ataque armado que sufrió en la tarde del 8 de junio, las autoridades han intensificado las investigaciones para identificar a los responsables. Su estado de salud es delicado y se espera en las próximas horas un parte médico oficial que determine su evolución. La historia de su madre vuelve a resonar con fuerza, mientras el país permanece en vilo por el destino del senador.
