El sistema de salud en Colombia enfrenta una crisis sin precedentes: las quejas ciudadanas se duplicaron en tres años y las tutelas para acceder a servicios médicos van en aumento, según reveló el más reciente informe del observatorio Así Vamos en Salud.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
El sistema de salud colombiano atraviesa uno de sus momentos más críticos en años recientes. Así lo confirma el más reciente boletín del observatorio Así Vamos en Salud, que alerta sobre un deterioro acelerado en la calidad del servicio, evidenciado por el aumento exponencial de Peticiones, Quejas, Reclamos y Sugerencias (PQRS) y tutelas interpuestas por los ciudadanos para acceder a servicios básicos de salud.
Según el informe, entre enero de 2022 y enero de 2025, las PQRS crecieron un 101 por ciento, reflejando una preocupante señal de insatisfacción ciudadana. En cifras absolutas, mientras en 2017 se registraban 449.436 quejas, para 2024 el número ascendió a 1’604.968, superando por primera vez el millón y medio de registros en un solo año. Esta cifra récord no solo enciende las alarmas, sino que también obliga a una revisión profunda del funcionamiento del sistema.
El informe señala que este incremento sostenido responde a varios factores: deficiencias estructurales en la prestación de servicios, demoras en la atención, fallas administrativas y una creciente conciencia ciudadana sobre sus derechos en salud, que ha facilitado la presentación de quejas. También destaca el impacto de la pandemia y los ajustes en la estructura del sistema como catalizadores de esta tendencia negativa.
“El aumento sostenido en las PQRS indica que los problemas en el sistema persisten y, en algunos casos, se agravan. Es fundamental fortalecer estrategias que mejoren la calidad del servicio y reduzcan las barreras en la atención”, advierte el boletín.
EPS intervenidas: más quejas, más frustración
La situación se torna aún más crítica en las Entidades Promotoras de Salud (EPS) que han sido intervenidas por el Estado. El documento revela que Nueva EPS y Sanitas, dos de las más grandes del país, registraron un aumento del 47 % y 46 %, respectivamente, en el número de quejas tras su intervención. Lo mismo ocurre en otras entidades como Famisanar, SOS y Emssanar, donde lejos de mejorar, la percepción y experiencia de los usuarios se ha deteriorado.
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Estas cifras cuestionan la efectividad de las medidas de intervención estatal y sugieren que los controles administrativos no han logrado revertir los niveles de insatisfacción.

Tutelas en aumento: una vía judicial cada vez más común
Además de las PQRS, el boletín da cuenta de un incremento preocupante en el uso de las tutelas como herramienta para exigir el derecho a la salud. Solo en 2024, las tutelas aumentaron 34 % frente al año anterior. El análisis mensual arroja datos aún más inquietantes: en abril de ese año, las acciones judiciales crecieron un 135 % con respecto al mismo mes de 2023.
Esta tendencia confirma que los ciudadanos se ven obligados, con mayor frecuencia, a acudir a instancias judiciales para recibir atención médica oportuna, lo cual no solo sobrecarga el sistema judicial, sino que refleja el colapso de los mecanismos institucionales.
De las tutelas presentadas, el 63 % fueron concedidas, lo que indica que en la mayoría de los casos existían argumentos legítimos de vulneración del derecho a la salud. Departamentos como Antioquia (84.398 tutelas), Valle del Cauca (44.727), Bogotá (37.136) y Norte de Santander (29.411) encabezan la lista de territorios con mayor número de acciones judiciales, lo que demuestra serios problemas en la cobertura, atención y efectividad del servicio en estas regiones.
Infraestructura estancada: menos camas, más usuarios
El deterioro del sistema no solo se evidencia en las quejas y tutelas, sino también en la infraestructura disponible. Según el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (REPS), en el último año se redujeron 516 camas para salud mental de adultos y 161 camas para atención de parto y recuperación. Aunque se abrieron nuevas camas pediátricas, el balance general es negativo y no responde al creciente volumen de pacientes que requiere atención especializada.
Esta disminución plantea serias dudas sobre la planificación del sistema y su capacidad para responder a las necesidades reales de la población. “No se puede hablar de acceso a la salud solamente desde la afiliación. Debe medirse por la oportunidad en la atención, la calidad del servicio y la experiencia del paciente”, insiste el informe.
Llamado a la acción
El observatorio Así Vamos en Salud concluye su análisis con un llamado urgente a las autoridades, EPS, IPS y tomadores de decisiones: revisar con urgencia las tendencias negativas y diseñar estrategias que devuelvan la confianza al usuario, reduzcan la necesidad de judicializar el acceso a la salud y garanticen una atención digna y oportuna.

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