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La riqueza de Guadalupe

Sep 19, 2024

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EL RINCÓN DE DIANA

Por: Diana Montes

Guadalupe es un ejemplo destacado de cómo un municipio con profundas raíces históricas ha logrado evolucionar hacia un modelo de desarrollo económico sostenible dentro de las limitaciones de su entorno rural. Fundado en 1715, Guadalupe ha crecido alrededor de su patrimonio agrícola, manteniendo una economía que, aunque modesta en tamaño, es rica en diversidad y esfuerzo comunitario.

Con una población que supera los 19 mil habitantes, la agricultura sigue siendo el pilar de su economía. La producción de café, que ha sido la espina dorsal de muchas familias durante generaciones, ha empezado a compartir protagonismo con otros cultivos como el fríjol, el maíz y el maracuyá, gracias a las fértiles tierras del valle del río Suaza. En un país donde el campo a menudo lucha por mantenerse relevante frente a las presiones del mercado, Guadalupe ha demostrado una notable capacidad de adaptación. Esto no solo garantiza la subsistencia de sus agricultores, sino que también posiciona al municipio como un actor importante en el abastecimiento de productos locales para la región.

La piscicultura artesanal ha emergido como otra fuente significativa de ingresos para la comunidad. La cría de peces en sistemas sostenibles no solo ofrece empleo directo, sino que además impulsa iniciativas de conservación ambiental en las cuencas fluviales. Este tipo de emprendimiento es esencial para el futuro de Guadalupe, un municipio que entiende que la conservación de sus recursos naturales va de la mano con su estabilidad económica a largo plazo.

Así, de los 26 billones de pesos del PIB departamental, en el 2023 Guadalupe aportó 253 mil millones de pesos, representando aproximadamente un 1%. Sin embargo, al ser un municipio de pequeños propietarios, esta riqueza se distribuye equitativa y sustentablemente.

Históricamente, Guadalupe ha sido testigo del desarrollo regional, desde sus inicios como un caserío colonial hasta su consolidación como municipio. Es un modelo de cómo los pequeños municipios pueden evolucionar sin perder su esencia. Ha logrado equilibrar su historia con el progreso, adaptándose a los nuevos desafíos que enfrenta la ruralidad colombiana.

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