Comenzó el segundo semestre del fútbol profesional colombiano con un campeonato marcado por la moderación. Sin fichajes rimbombantes ni jugadores de renombre, los clubes optaron por la cautela, la apuesta por el proceso y un mercado sin fuegos artificiales.
DIARIO DEL HUILA, DEPORTES
Tan solo trece días después de que Independiente Santa Fe celebrara su décima estrella, regresó el fútbol colombiano. La Liga BetPlay II-2025 inició con partidos entre históricos como América de Cali y Atlético Nacional, pero el verdadero protagonista ha sido el silencio del mercado de fichajes. Sin grandes nombres, sin figuras internacionales y con pocas contrataciones destacadas, este semestre parece marcar un giro hacia la racionalidad financiera y la moderación táctica.
Atrás quedaron las contrataciones estelares de veteranos mundialistas que llegaron con grandes expectativas, como Radamel Falcao García en Millonarios o Juan Fernando Quintero en América. Ambos ya se marcharon, dejando más interrogantes que logros. Ahora, sus equipos enfrentan las consecuencias de haber apostado al jugador franquicia sin los resultados esperados.
Millonarios, por ejemplo, ha desmantelado buena parte de su nómina con las salidas de Álvaro Montero, Jhon Córdoba y Kevin Palacios. A cambio, solo ha confirmado la llegada de Edwin Mosquera, una incorporación modesta que no promete llenar estadios. Además, espera la vinculación del arquero uruguayo Guillermo de Amores, quien ya fue campeón con el Deportivo Cali. La sensación entre la hinchada es de incertidumbre.
Por su parte, América también ha reducido su nómina. Duván Vergara dejó el equipo y el proyecto con Juan Fernando Quintero terminó en decepción. El jugador, que ahora negocia su regreso a River Plate, protagoniza un cruce de declaraciones con el club vallecaucano. A nivel de refuerzos, llegaron promesas del Inter de Palmira, como Kener González y Manuel Caicedo, además del colombo-venezolano Jhon Murillo. Todo esto en medio de una polémica salida del técnico Jorge ‘Polilla’ da Silva, reemplazado por el desconocido Diego Gabriel Raimondo.
Atlético Nacional tampoco ha mostrado músculo financiero. Su única incorporación destacada es el delantero uruguayo Facundo Batista, procedente del fútbol de Malasia. Con bajas como la de Kevin Viveros, el club paisa parece apostar por la continuidad de su proceso deportivo. Similar es el caso del Independiente Medellín, que después de perder la final parece seguir en pausa: hasta ahora solo confirmó a Jáder Valencia como refuerzo.
El campeón Santa Fe ha mantenido una estrategia prudente. Su principal fichaje es Yairo Moreno, mientras prepara un proyecto a largo plazo con la mira puesta en la Copa Libertadores de 2026, a la que ya está clasificado.
Entre los pocos equipos que sí sacudieron su plantilla están Junior de Barranquilla y el Deportivo Cali. Junior contrató al técnico Alfredo Arias y a jugadores de confianza como Mauro Silveira, Lucas Monzón, y tres hombres de Águilas Doradas: Jhon Fredy Salazar, Jesús Rivas y Guillermo Celis. En Cali, la llegada de Alberto Gamero ha sido la gran apuesta del semestre. El ex Millonarios contará con futbolistas experimentados como Felipe Aguilar, Joaquín Varela, Luis Orejuela y Andrés Correa, con la idea de sacar al club del fondo de la tabla y pelear por torneos internacionales.
¿Y cuál es la gran contratación del semestre? En realidad, ninguna. Los nombres que alguna vez hicieron vibrar a las tribunas como Falcao, Quintero, Carlos Bacca o Adrián Ramos no tienen reemplazo este semestre. Todo indica que los fichajes estrella tendrán que esperar hasta diciembre, si es que llegan.
En cuanto a volumen de refuerzos, el protagonismo lo tiene La Equidad, que sumó al español Diego Merino como entrenador y contrató a 18 jugadores nuevos, prácticamente un equipo entero. También hicieron muchos cambios los equipos que pelean por no descender: Llaneros con 13 fichajes, Unión Magdalena con 10 y Boyacá Chicó con 8, la mayoría jugadores desconocidos que buscan una oportunidad.
Además, el torneo podría vivir un cambio estructural. Está pendiente una asamblea clave que definirá si el campeonato se reduce a 18 equipos, una medida que podría transformar el modelo de competencia y abrir una nueva etapa en el fútbol colombiano.
