En medio del luto por el fallecimiento del papa Francisco, Colombia recuerda con profunda gratitud su visita apostólica realizada entre el 6 y el 10 de septiembre de 2017.
Aquel viaje marcó la tercera vez que un pontífice pisaba suelo colombiano, después de Pablo VI en 1968 y Juan Pablo II en 1986. Fue también la última oportunidad que tuvieron millones de fieles para verlo de cerca y escuchar su mensaje de esperanza, reconciliación y perdón.
Durante cinco días, el Papa Francisco recorrió Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, dejando en cada ciudad mensajes cargados de simbolismo y llamados directos a superar las heridas del conflicto armado.
Su llegada a Bogotá fue recibida con júbilo. Desde la Casa de Nariño, en compañía del entonces presidente Juan Manuel Santos, el Papa invitó a los colombianos a “dar el primer paso” hacia la paz, en clara alusión al proceso de reconciliación nacional que se vivía por aquellos días. Al día siguiente, en una multitudinaria misa en el Parque Simón Bolívar, habló de justicia social y diálogo como pilares fundamentales para una paz duradera.
Villavicencio, considerada la antesala del oriente colombiano, fue otro de los escenarios clave. Allí beatificó a los mártires Pedro María Ramírez y Jesús Emilio Jaramillo, y participó en un emotivo acto de reconciliación con víctimas del conflicto armado. “La reconciliación no es una palabra abstracta, sino una decisión concreta”, expresó en su discurso.
Le puede interesar: Líderes políticos de Colombia lamentan la muerte del papa Francisco
En Medellín, más de un millón de personas se congregaron en el aeropuerto Enrique Olaya Herrera. Su mensaje se centró en la renovación espiritual, el papel de una Iglesia servicial y la cercanía con los más vulnerables. También visitó el Hogar San José y ofreció palabras de aliento a religiosos y sacerdotes.
La visita concluyó en Cartagena, ciudad símbolo de la defensa de los derechos humanos. Allí bendijo un proyecto de viviendas para personas sin hogar, se encontró con víctimas de trata y rezó el Ángelus en la iglesia de San Pedro Claver. “Duele ver cómo en nuestro tiempo muchas personas son tratadas como mercancía”, dijo con firmeza.
Más allá de los discursos, la presencia del Papa Francisco dejó una marca imborrable. Su cercanía, su lenguaje sencillo y su énfasis en la reconciliación resonaron con fuerza en una Colombia que entonces intentaba sanar sus heridas tras la firma del acuerdo de paz con las FARC. Hoy, tras su partida, el país rememora esa visita como uno de los momentos más esperanzadores de su historia reciente.
Puede leer: Así será el protocolo del Vaticano tras la muerte del Papa Francisco









