La militar Yetzibel Tiles Ipuana ha inscrito su nombre con letras doradas en la historia del Ejército Nacional de Colombia, protagonizando un doble hito de inclusión, disciplina y liderazgo. Perteneciente a la etnia Wayúu de La Guajira, Yetzibel no solo se convirtió en la primera mujer indígena en prestar su servicio militar voluntario en una unidad de Aviación del Ejército, sino que fue reconocida como la mejor soldado de su contingente. Su ingreso en mayo de 2024 al Batallón de Abastecimientos y Servicios para la Aviación (BAAAS) marcó un precedente en la fuerza, demostrando que los espacios tradicionalmente masculinos y de élite se están abriendo a la diversidad y el talento de los pueblos originarios.
El reconocimiento al liderazgo y el deber
Al finalizar su año de servicio, Yetzibel Tiles Ipuana recibió la más alta distinción otorgada a un soldado voluntario: la Medalla Militar «Soldado Juan Bautista Solarte Obando». Esta condecoración, según el Decreto 1776 de 1979, está destinada a premiar al soldado que en cada contingente se destaca por un conjunto de virtudes: su excelente conducta, sus virtudes militares, el sobresaliente aprovechamiento en la instrucción y un profundo sentido de pertenencia con la Institución, impulsado por su iniciativa e interés por el servicio.
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La soldado Tiles Ipuana demostró, con creces, todas estas cualidades, enviando un mensaje claro de equidad y capacidad que trasciende las barreras étnicas y de género, consolidándose como uno de los referentes más importantes de su etnia dentro de las tropas.
Inclusión, representación y el futuro militar
El caso de Yetzibel no es solo una victoria personal; es un avance significativo en la política de inclusión y representación de los pueblos indígenas dentro de las instituciones del Estado. Su éxito evidencia que la diversidad es una fortaleza para las Fuerzas Armadas, al sumar talentos y perspectivas que enriquecen la misión constitucional. Actualmente, la soldado Tiles Ipuana ha expresado su interés en seguir escalando; se sabe que estaría adelantando pruebas y procesos para convertirse en Oficial del Ejército Nacional y continuar una carrera militar que, desde ya, la proyecta como un símbolo de la mujer colombiana que conquista el cielo con mérito propio.
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