Diario del Huila

La educación, el gran ausente en el debate presidencial

Jul 24, 2025

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Por Ramiro Andrés Gutiérrez Plazas

ramirogupl1986@gmail.com

He escuchado con atención a cuatro de los precandidatos presidenciales que han visitado Neiva en las últimas semanas. Con cada intervención, esperaba propuestas profundas que abordaran las verdaderas necesidades del país. Pero salí preocupado, ninguno ha puesto en el centro del debate un tema tan crucial como la educación. Prefieren repetir discursos sobre corrupción e inseguridad, esas palabras que ya parecen un comodín electoral, sin detenerse a pensar que es precisamente una educación de calidad la que puede empezar a erradicarlas. Un país educado es, sin duda, un país menos corrupto y más seguro.

Hoy las redes sociales están inundadas de “mentores” que prometen riquezas en cuestión de semanas, con cursos exprés y garantías de devolución si no se obtienen resultados. Muchos caen en esas trampas porque buscan salidas rápidas, motivados por la falta de oportunidades reales. Pero detrás de ese fenómeno está una verdad más profunda, el sistema educativo está dejando vacíos que otros, sin escrúpulos, están sabiendo aprovechar.

El 45% de los colombianos no ejerce la carrera que estudió, según la Encuesta Pulso Social del DANE. ¿Qué nos dice eso? Que hay una desconexión grave entre lo que enseñamos y lo que el mundo laboral exige. Tal vez insistimos en formar profesionales que el país no necesita, mientras ignoramos habilidades que podrían abrir puertas a millones de jóvenes.

Y aunque el presupuesto educativo ha aumentado, el 94% se destina a funcionamiento y apenas un 6% a inversión. La calidad sigue en crisis. Las pruebas PISA 2023 son contundentes: solo el 29% de los estudiantes colombianos alcanza un nivel básico en matemáticas, frente al 69% del promedio OCDE. Peor aún, el 51% no logra identificar ideas principales ni argumentar críticamente sobre un texto.

El problema no es solo de recursos, sino de estrategia. Sin una visión pedagógica integral que fortalezca la formación docente, promueva competencias críticas desde la infancia y reorganice el currículo, no habrá transformación real. El Gobierno insiste en prometer más universidades, pero sin garantizar calidad ni sostenibilidad. Mientras tanto, la inversión en ciencia, tecnología e innovación apenas llega al 0,1% del presupuesto nacional. ¿Así cómo vamos a preparar a nuestros jóvenes para el futuro?

Necesitamos una educación que forme no solo empleados, sino también emprendedores. Que entienda que existen múltiples inteligencias y que no todos los niños tienen que ser brillantes en matemáticas o física para tener un futuro prometedor. Debemos fomentar las artes, los talentos individuales, y dejar de empujar a nuestros jóvenes hacia un molde único que muchas veces los frustra.

Y es hora también de que nuestras universidades se miren en el espejo de plataformas como Platzi o Coursera. Hoy el mundo demanda formación corta, didáctica, flexible, y enfocada en habilidades concretas. Seguir con modelos rígidos, desconectados de la realidad, es condenar a generaciones enteras al rezago.

La educación no puede seguir siendo un tema secundario en las campañas presidenciales. Es el punto de partida para cambiarlo todo. Exijamos que se ponga sobre la mesa con la seriedad que merece.

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