Un grupo de jóvenes con presencia en varios municipios del Huila trabajan conjuntamente en pro de la preservación y educación ambiental, donde buscan reconocer a la juventud como transformador del medio ambiente.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
Por: Leidy Catalina Durán Vásquez
La Red Nacional de Jóvenes de Ambiente se orienta por principios como la educación y la ética ambiental, la responsabilidad compartida, la acción coordinada entre jóvenes y la construcción de comunidades de aprendizaje, se caracteriza por reconocer a la juventud como un actor presente y transformador en la defensa del ambiente.
En el departamento del Huila actualmente se desarrollan procesos en once nodos activos —Aipe, Neiva, Baraya, Paicol, La Plata, Nátaga, Agrado-Pital, Garzón, Tarqui y Tesalia— y otros en proceso de formalización como Yaguará, Villavieja, Pitalito y Acevedo, donde alrededor de 150 a 180 jóvenes voluntarios participan activamente.
“Nuestro trabajo se centra en la educación ambiental con enfoque territorial, vinculándonos a instituciones educativas y comunidades para conocer, valorar y defender la biodiversidad, así como para comprender que lo ambiental está directamente relacionado con lo político, lo social, lo cultural, lo económico y lo educativo”, sostuvo Juan Narváez, coordinador departamental del Huila en la Red Nacional de Jóvenes de Ambiente.
De acuerdo con el coordinador, desde Neiva, la red se ha posicionado por un enfoque crítico que no se limita a acciones puntuales como siembras o jornadas aisladas, sino que busca verdaderas transformaciones sociales, incidiendo en la formulación de políticas públicas, exigiendo a las corporaciones ambientales el cumplimiento de sus funciones y participando en escenarios de representación juvenil y ambiental.
“También realizamos procesos de investigación y comunicación, visibilizando en redes sociales y medios los avances, reflexiones y exigencias que emergen de cada territorio. Para nosotros, el territorio es la escuela y las comunidades son aliadas fundamentales: reconocemos la importancia de los saberes locales, valoramos la memoria cultural y entendemos que sin el compromiso de la gente no habrá conservación posible”, enfatizó Narváez.
Ellos creen en un liderazgo juvenil crítico y responsable, en la justicia ambiental y en la equidad, debido a que las problemáticas ambientales afectan de manera desigual a las comunidades, y por eso buscan que la red sea un espacio de incidencia que forme en valores, promueva el pensamiento crítico y genere cambios estructurales hacia una responsabilidad y compromiso social de la sociedad de ahora.
“En cuanto a cómo realizamos estos procesos, es importante resaltar que la Red Nacional de Jóvenes de Ambiente cuenta con una estructura organizativa definida que se replica en los niveles municipal, departamental y nacional”, manifestó el joven.
Cada nodo municipal se organiza con cinco coordinaciones: Territorial, encargada de dinamizar el trabajo en los municipios y comunidades; Institucional, que articula con entidades educativas, públicas y privadas; Comunicaciones, responsable de la difusión, visibilidad y redes sociales; Temática, orientada a los ejes ambientales específicos que se trabajan en el territorio; y la Coordinación General, que articula y hace seguimiento al conjunto del proceso. A nivel departamental esta misma estructura se mantiene para garantizar la vinculación y articulación entre los diferentes nodos del Huila, y a su vez se conecta con la estructura nacional, que además cuenta con un Comité Nacional de Ética para velar por el cumplimiento de los principios y valores de la red.

La vinculación de los jóvenes se realiza a través de convocatorias abiertas, difundidas por medios oficiales como correos institucionales y redes sociales, donde cualquier joven interesado puede inscribirse. Si en su municipio no existe nodo activo, el mismo joven puede proponer la apertura de uno nuevo, contando con el acompañamiento de las coordinaciones municipales y departamentales en el proceso de formalización. Para conformar un nodo se requiere un mínimo de 14 jóvenes comprometidos, lo que asegura pluralidad de voces y sostenibilidad en los procesos.
De esta manera, la estructura de coordinaciones y la apertura democrática de la red permiten que cada joven encuentre un espacio de acción y participación, fortaleciendo la incidencia territorial y garantizando que las iniciativas ambientales estén respaldadas por un trabajo colectivo, crítico y transformador.
“Los procesos que adelantamos en la Red Nacional de Jóvenes de Ambiente giran principalmente en torno a la educación ambiental, mediante la formulación y presentación de proyectos a las instituciones educativas, quienes deciden si los aceptan o no. Una vez vinculados, los estudiantes pueden certificar su servicio social a través de la Red, siempre y cuando la institución lo avale”, explicó el coordinador.
El trabajo de este grupo de jóvenes se centra en la creación de espacios de diálogo, recorridos territoriales y reconocimiento de problemáticas ambientales, lo cual fortalece la participación juvenil.
En cuanto a los recursos, su principal aliado son las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), aunque el apoyo depende en gran medida de la relación que se logre establecer entre los jóvenes y estas entidades.
“En el municipio de Neiva, por ejemplo, no se ha contado con respaldo suficiente por parte de la corporación, pese a que se han presentado solicitudes, argumentando falta de recursos; sin embargo, sí apoyan la realización de encuentros departamentales, donde cada nodo comparte experiencias significativas. También se han impulsado acciones de emprendimiento y gestionado apoyo ante la Secretaría de Ambiente, algunas alcaldías y otros actores políticos. No obstante, la Red mantiene una postura crítica frente a alianzas que busquen instrumentalizar su imagen para fines particulares, procurando que los apoyos realmente fortalezcan los procesos juveniles y no respondan a intereses ajenos”, concluyó Narváez.








