Diario del Huila

Jóvenes meditadores realizan sus sueños

Mar 31, 2025

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Por: GERARDO ALDANA GARCÍA

La semana que antecede la presente columna fue un escenario que me permitiría conocer tres experiencias de jóvenes huilenses emprendedores cuyas edades se mueven entre los 21 y los 33 años. De ellos pude conocer su empeño y éxito en temas asociados al comercio y a la música. Al escuchar sus entusiastas historias de vida me encontré con varios elementos que les son afines, dentro de los que se encuentran muchos ya conocidos como: la dedicación, la claridad de metas y la persistencia; sin embargo, hubo uno que admirablemente se convierte en una constante en los tres, y es justamente una armoniosa actitud hacia la búsqueda de sensaciones y experiencia espirituales. Los nombres de ellos no serán descritos en esta columna; en cambio sí, el relato de tan admirables vivencias. Para ilustrar mejor la lectura utilizaré nombres ficticios.

Pedro, de 27 años, natural de Campoalegre, con gran esfuerzo se hizo Administrador de Empresas en la Universidad Surcolombiana. Desde niño se sintió atraído por el emprendimiento y la independencia, lo que le llevaría a experimentar en negocios de alimentos, siendo el segmento de las hamburguesas en el que aprendería los matices de ser microempresario, y, dentro de ellos, la aleccionadora experiencia de la quiebra. Luego, viajó a Medellín, una ciudad que él describe como: otro país. Entonces, el comercio de demandadas camisetas tipo Polo, le permitiría incursionar en un mercado, inicialmente local, con un stock de apenas 3 unidades; si, adquiridas con apenas $600.000., que su tío le dio, y sobre lo que le dijo; deme 3 camisetas y las otras 3 son suyas. Este joven, hoy tiene en Neiva un almacén en el que maneja un inventario de 500 unidades de las más reconocidas marcas mundiales, las que importa directamente desde China y comercializa a nivel nacional.

En otro escenario, ahora en el municipio de Rivera, en la campiña fresca y colorida de La Ulloa, desde un estudio de grabación en cuyos exteriores hay cantos de gallos y cacareos de gallinas de campo, y ladridos de perros que por momentos parecieran perderse en el hilo cantarín de un vigoroso canal que lleva agua a frutales y sembrados de cacao y arroz, vive un joven de 26 años; le llamaré Goetia. Con una estatura de 1.85 metros y una delicada y cuidada barba que le deja sentir un toque de sultán, el encantador hombre vive a diario, y también de noche al amparo de luceros que platean hojas de cámbulos y pasturas de ganado, allí compone una música en ritmo de rap, la que pone a viajar en canales de Youtube, Instagram y TikTok, en un emprendimiento que ya le permite acumular cerca de 3.000.000. de visitas y alrededor de 10.000 suscriptores. Este joven, graduado como Maestro en Música de la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, quien desde niño tocara clarinete en la Banda de Vientos del Colegio Salesiano, luego en el Colegio Ceinar y posteriormente en la Banda Juvenil y Departamental Sinfónica del Huila, expresa con alegría y seguridad, que: de la música se puede vivir.

Yendo de nuevo a la capital arrocera del Departamento, Ignacio, de 33 años, se ve a diario en su emprendimiento de comercio de productos utilitarios y decorativos aptos para un mercado local y regional, configurando un negocio del cual vive y al que se dedicó luego de formarse en el SENA Regional, y confirmar que, las oportunidades laborales como empleado son cada vez un escenario con menos posibilidades. Hoy es un comerciante al que se respeta y de quién ya el sector local referencia y guarda consideración y confianza.

Bien, pues al conversar con ellos un poco más profundo sobre las vivencias que de forma personal practican para orientar su diario vivir, encontré una especie de hilo conductor en donde aparecen hábitos que se desarrollan, especialmente en horas de la madrugada, entre las cuatro y cinco, o en la noche hacia las nueve. Se trata de prácticas asociadas a la vocalización de fonemas rítmicos y sonoros, a los que, en oriente y también en occidente, se conocen como mantrans. Así mismo, la meditación aprendida, en algunos casos de sus padres o amigos, o en otros descubierta en libros e internet, se convierte para los tres en una herramienta terapéutica que no solo los lleva a auto conocerse, si no también a relajarse frente a los ruidos del mundo.  Y otro de los elementos que les es afín es justamente el deporte. En algunos de ellos, luego de haber vocalizado y meditado por cerca de media hora, salen a hacer atletismo, bicicleta o básquetbol, para posteriormente retomar, llenos vigor y entusiasmo, sus actividades profesionales de las que viven en el mundo material.  Pero hay una cuarta manifestación que se advierte en ellos; su inclinación hacia el servir al prójimo. Se les escucha estar vinculados a jornadas de entrega de mercados o regalos para personas menos favorecidas; o, simplemente, ayudar a quién ellos puedan, sin interés alguno, salvo la alegría de servir.

Ciertamente, a los tres jóvenes hombres, se les ve muy saludables y felices. Pedro dice que realizar este tipo de prácticas a diario le permite: morir cada noche y renacer al día siguiente.

A ellos, como a los centenares que ya viven este tipo de prácticas para conducir sus vidas, mi respeto y profunda admiración.

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