El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, rompió el silencio sobre su estado de salud y afirmó sentirse bien y con buen ánimo tras ser diagnosticado con una forma agresiva de cáncer de próstata que se ha extendido a los huesos.
Durante un breve encuentro con la prensa en Delaware, Biden, de 82 años, aseguró que el pronóstico médico es positivo y que los tratamientos están en marcha.
«Estamos avanzando», dijo el exmandatario, quien también indicó que el cáncer no ha afectado otros órganos y que sus huesos «están fuertes«, lo que, según sus médicos, facilita el manejo de la enfermedad.
El anuncio sobre su condición médica fue hecho por su oficina a comienzos de este mes. Según se conoció, el cáncer fue calificado con 9 sobre 10 en la escala Gleason, utilizada para medir el grado de agresividad de los tumores prostáticos. El diagnóstico se produjo después de detectar un nódulo nuevo en la próstata y tras varios episodios de síntomas urinarios persistentes.
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De acuerdo con el equipo médico que lo atiende, aunque se trata de un cáncer avanzado, es sensible a la terapia hormonal, una alternativa que, si bien no representa una cura, permite reducir el tamaño del tumor y frenar su crecimiento. Biden confirmó que se encuentra bajo el cuidado de un especialista de alto nivel.
En medio del revuelo generado por el libro “Original Sin”, que asegura que su entorno conocía del presunto deterioro cognitivo mientras aún ejercía como presidente, Biden respondió con ironía al ser consultado al respecto, desestimando los señalamientos.
El cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por cáncer entre los hombres en Estados Unidos, según la Sociedad Americana contra el Cáncer, aunque las tasas de supervivencia son altas cuando la enfermedad se detecta a tiempo.
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