Diario del Huila

Invertir, renovar, ahorrar

Feb 14, 2025

Diario del Huila Inicio 5 Opinión 5 Invertir, renovar, ahorrar

Ruber Bustos Ramírez

En el último año, la cotización de la libra de café ha aumentado más del 95%, alcanzando máximos históricos. Para los más de 557.000 caficultores que vivimos de este oficio, es una noticia alentadora, pues representa una mejor retribución por nuestro arduo trabajo. Sin embargo, no podemos hablar de una tendencia alcista sostenida, porque lo que realmente estamos viviendo es una recuperación tras meses difíciles, con precios bajos y condiciones climáticas que golpearon nuestras cosechas.

Durante la última década, he visto cómo los precios del café han tenido subidas y bajadas abruptas.

A veces nos benefician, otras nos afectan, porque dependen de variables macroeconómicas que no controlamos. El precio de nuestro café se define en los mercados financieros internacionales, con factores como el cierre del café arábigo en la Bolsa de Nueva York (Contrato C), la Tasa Representativa del Mercado (dólar) y la prima de calidad del café colombiano.

Este reciente incremento tiene mucho que ver con la situación en Brasil y Vietnam, donde las cosechas se han visto afectadas, reduciendo la oferta mundial de café. Mientras tanto, la demanda sigue en aumento y los inventarios globales han bajado. En este escenario, los compradores están dispuestos a pagar más por el café disponible, lo que ha impulsado los precios.

Pero así como el precio del café ha subido, también lo han hecho nuestros costos de producción. Con el inicio del año, los impuestos, los fertilizantes, los combustibles y hasta la mano de obra han encarecido la producción de cada carga de café. Aunque estamos vendiendo mejor, también estamos gastando más para producir.

Por eso, como caficultor, mi mensaje para mis compañeros es claro: no nos dejemos llevar por la emoción del buen precio. No podemos pensar que esto durará siempre ni caer en el error de gastar sin planificación. Ahora es cuando más debemos ser juiciosos, invertir en la renovación de nuestros cultivos, modernizar nuestras fincas, ahorrar e incluso mejorar nuestra calidad de vida, pero siempre con responsabilidad.

No se trata solo de vender a buen precio, sino de sembrar bases sólidas para el futuro. Sigamos trabajando con disciplina, con inteligencia y con amor por lo que hacemos, porque el café es más que un cultivo: es nuestra historia, nuestro legado y el motor que mueve nuestras familias.

Tal vez te gustaría leer esto