Las intervenciones a las EPS que viene realizando el actual gobierno nacional para conjurar la profunda crisis de la salud que ha presentado el actual modelo que fue impuesto desde la promulgación de la Ley 100, ha sido un total fracaso. El remedio aplicado ha sido peor que la enfermedad, lo afirmaban nuestros ancestros. Infortunadamente el accionar gubernamental ha sido nefasto, porque lo le han inyectado los suficientes recursos para financiar el sistema de salud, que les permita atender las crecientes problemáticas que presentan los pacientes cuando acuden a estas instituciones en el país. El presidente Gustavo Petro Urrego, en sus acostumbradas alocuciones presidenciales y a través de sus trinos incendiarios que buscan justificar la actual crisis, culpa a los gobiernos anteriores. Durante el último trienio han venido siendo desfinanciando este sector vital para el bienestar de más de 50 millones de colombianos, que día tras día ven amenazada su supervivencia, por culpa de estos sesgos ideológicos y a la incapacidad para dar soluciones estructurales a esta problemática. Mientras la continúen dirigiendo y manejando activistas e inexpertos sin conocimiento alguno, la salud en colombiana está condenada al fracaso.
Hay que reconocerle al ejecutivo, que ha venido girándole directamente a los hospitales y clínicas los compromisos que se adquieren en dicha prestación a los pacientes. Pero son insuficientes los recursos, así los áulicos del gobierno nacional digan lo contrario. La salud empeora. Se notan los cierres de algunos servicios por la falta de recursos para seguir prestando las atenciones hospitalarias. Son dantescos los dramas humanos que se observan en los centros de urgencias de estas instituciones. Parece que el gobierno nacional estuviera gobernando para los extraterrestres. Todavía no han aterrizado a la verdadera realidad terrenal. Solo viven preocupados por tener recursos para satisfacer sus apetitos de los viajes al exterior con una amplia fronda de acompañantes por cuenta del Presupuesto General de la Nación y que a la fecha no le han generado réditos ni beneficios al país.
Igualmente, su accionar gubernamental vive focalizado para lograr estructurar la logística electoral de los movimientos políticos afectos al ejecutivo, para volverse a reelegir y obtener las mayorías de sus congresistas en el próximo cuatrienio. Son muy ilusos, si piensan que, con esta forma de gobernar, están ganando réditos electorales. El constituyente primario, se encuentra hastiado y solo cuentan los meses, semanas, días, horas y segundos para que este viacrucis termine pronto. El personal de la salud y las empresas que prestan su apoyo al Sistema Nacional de Salud de manera indirecta, están atravesando la peor crisis laboral del presente siglo. Están clausurando dichos suministros por la alta facturación que les adeudan. Mientras tanto, las familias colombianas siguen pagando los platos rotos de la incapacidad e ineptitud de los funcionarios que tienen la responsabilidad de manejar el sector de la salud.







