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Inseguridad alimentaria en Colombia crece y afecta al 36 % de la población

Jul 29, 2025

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En Colombia, comer bien es un lujo que más de 19 millones de personas no se pueden permitir. La inseguridad alimentaria crece y el acceso a una dieta saludable se aleja cada vez más para millones de hogares.

DIARIO DEL HUILA, ANALISIS

En medio de los avances sociales y económicos que América Latina ha registrado durante los últimos años, Colombia sigue enfrentando una situación alarmante en materia de seguridad alimentaria. De acuerdo con el más reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), titulado “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, 19,1 millones de colombianos no pueden garantizarse una dieta saludable, una cifra que ubica al país en el segundo lugar entre once naciones latinoamericanas analizadas, solo superado por Brasil, donde 50,2 millones de personas atraviesan esta misma dificultad.

El documento, publicado en julio de 2025, revela una tendencia preocupante para Colombia: entre 2017 y 2024, el porcentaje de personas que no logra acceder a una alimentación equilibrada y suficiente aumentó del 31,7 % al 36,1 %. En términos absolutos, esto implica una reducción de apenas 300.000 personas durante el último año, lo que resulta insuficiente ante la magnitud del problema.

¿Qué significa no poder acceder a una dieta saludable?

Según la FAO, una dieta saludable es aquella que incluye todos los nutrientes esenciales y la energía necesaria para mantener a una persona sana y activa. Esta debe ser variada, incluir diferentes grupos de alimentos, equilibrada en nutrientes como proteínas, carbohidratos y grasas, y moderada en el consumo de productos ultraprocesados, altos en grasas, azúcares o sal. Cuando alguien no puede costear ni garantizarse ese tipo de alimentación, se enfrenta a una mayor probabilidad de sufrir problemas de salud, desde la desnutrición y la anemia hasta enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión.

En Colombia, esta realidad golpea con más fuerza a las zonas rurales, los hogares de menores ingresos y las comunidades indígenas y afrodescendientes, donde el acceso físico y económico a alimentos saludables sigue siendo precario. Además, el encarecimiento del costo de vida, sumado a la inestabilidad laboral y los fenómenos climáticos, ha empeorado esta condición para millones de personas en los últimos años.

Colombia, entre los países más afectados de Sudamérica

El informe señala que la tasa de colombianos que no pueden costear una dieta saludable (36,1 %) está 10,4 puntos porcentuales por encima del promedio sudamericano, que se situó en 25,7 %. También supera el promedio de Latinoamérica y el Caribe (27,4 %) y está 10,2 puntos por encima del promedio de Centroamérica.

En este grupo de 11 países, Panamá lidera el ranking con la mayor proporción de población en situación de inseguridad alimentaria (43,7 %), seguido por Chile (40,2 %), que, aunque presenta una cifra alta, ha logrado reducirla respecto a los años anteriores. A diferencia de Colombia, cuya cifra repuntó en 4,4 puntos porcentuales en los últimos siete años, Chile logró reducir esa tasa en cerca de 8 puntos.

Del otro lado de la balanza se encuentra Ecuador, que exhibe la mejor cifra regional con apenas el 4,9 % de su población enfrentando problemas para acceder a una dieta saludable, demostrando que es posible revertir esta tendencia mediante políticas públicas eficaces y sostenidas.

Inseguridad alimentaria severa o moderada: otra arista de la crisis

Además de las cifras sobre dietas saludables, el informe de la FAO también aborda el nivel de inseguridad alimentaria severa o moderada, un indicador que mide la dificultad o incapacidad de las personas para acceder regularmente a alimentos nutritivos y suficientes. En Colombia, el 27,8 % de la población está en esta situación, lo que representa un aumento de casi 8 puntos porcentuales con respecto a hace una década, cuando el indicador se encontraba en 19,9 %.

Dentro de esta categoría, la inseguridad alimentaria moderada implica una reducción en la calidad o cantidad de alimentos disponibles para las personas, mientras que la severa representa casos donde se experimentan episodios de hambre, omisión de comidas e incluso jornadas completas sin alimentación.

En este punto, Colombia tampoco está entre los países con mejor desempeño. En Sudamérica, Argentina es la nación con la mayor proporción de su población en situación de inseguridad alimentaria severa o moderada (33,8 %), tras un alarmante aumento de 14,6 puntos en la última década. Le sigue Ecuador con el 33,3 %, superando a Colombia, que tiene un 28,7 %.

El aumento en la inseguridad alimentaria refleja una crisis silenciosa.

Esfuerzos institucionales: programas con impacto, pero aún insuficientes

A pesar del sombrío panorama, el informe también reconoce algunos esfuerzos desarrollados por Colombia para hacer frente a la crisis alimentaria, en especial en las zonas rurales. Uno de los programas más destacados fue el Programa de Desarrollo de Capacidades Empresariales Rurales (2012-2022), que logró aumentar en un 34 % el ingreso per cápita de los beneficiarios, mejorar en un 36 % sus salarios y en un 10 % sus activos familiares.

Además, este programa ayudó a mitigar el impacto de las crisis climáticas sobre las comunidades participantes y permitió un aumento del 4 % en la diversidad de los alimentos consumidos, un indicador clave en términos de calidad nutricional. Esto demuestra que las políticas que fortalecen las capacidades productivas y asociativas de los campesinos pueden tener efectos positivos tanto en la economía rural como en la seguridad alimentaria.

Iniciativas como “Jóvenes emprendedores rurales” y “El Campo Emprende”, del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, también buscan impulsar emprendimientos rurales sostenibles, mejorar las cadenas productivas agroalimentarias y facilitar el acceso a mercados, lo cual es fundamental para generar ingresos y garantizar alimentos disponibles a precios justos.

América Latina: luces y sombras en el camino hacia la erradicación del hambre

A nivel global, el informe de la FAO registra una leve mejora en los indicadores de hambre. Se estima que el número total de personas que sufren hambre pasó de 8,5 % en 2023 al 8,2 % en 2024, lo que representa 673 millones de personas. Sin embargo, esta reducción no fue homogénea. África y Asia occidental siguen siendo las regiones más golpeadas por el hambre.

El campo colombiano, clave para combatir el hambre y la pobreza.

En contraste, en Asia meridional y América Latina, se observaron progresos importantes. La prevalencia de la subalimentación en Asia bajó del 7,9 % al 6,7 %, mientras que en América Latina y el Caribe la cifra se redujo al 5,1 %, desde un máximo del 6,1 % en 2020, en el contexto de la pandemia por covid-19.

La región también experimentó una reducción de la inseguridad alimentaria, que pasó a 25,2 %, una cifra inferior al promedio mundial de 28 %. Según Máximo Torero, economista jefe de la FAO, estos avances se deben en gran parte a la implementación de programas de protección social no contributivos, como transferencias condicionadas de dinero o pensiones dirigidas a poblaciones vulnerables.

Entre los programas destacados se encuentran Bolsa Familia en Brasil, Juntos en Perú, Ingreso Ético Familiar en Chile y Familias en Acción en Colombia, este último orientado a brindar apoyo económico a hogares en situación de pobreza extrema y con hijos menores de edad. Estos esquemas han sido clave para reducir el hambre en la región, pues permiten generar estabilidad y capacidad de respuesta ante crisis económicas o climáticas.

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Conclusiones: ¿qué necesita Colombia para mejorar?

El informe de la FAO deja una conclusión clara: Colombia necesita redoblar sus esfuerzos para enfrentar la crisis alimentaria. Si bien existen programas positivos y se han alcanzado logros parciales, el país continúa rezagado frente a sus vecinos y mantiene cifras preocupantes tanto en acceso a dietas saludables como en inseguridad alimentaria.

La implementación de políticas más robustas y estructurales es urgente. Estas deben abordar múltiples frentes: fortalecimiento del campo, reducción de la pobreza rural, mejora de las cadenas de distribución, educación nutricional y control del costo de los alimentos. También se requiere una articulación más eficaz entre gobierno nacional, autoridades locales, organizaciones campesinas y cooperación internacional.

El desafío de garantizar el derecho a la alimentación no se limita al acceso físico a los alimentos, sino que implica condiciones dignas de vida, justicia social, equidad en el acceso a los recursos productivos y sistemas de protección que amortigüen las crisis. Mientras millones de colombianos sigan enfrentando dificultades para alimentarse de forma adecuada, el desarrollo humano y sostenible del país continuará comprometido.

Programas rurales buscan mejorar la calidad de vida en zonas vulnerables.

Cifras clave sobre inseguridad alimentaria en Colombia (FAO 2025)

Personas sin acceso a una dieta saludable en Colombia:
19,1 millones (36,1 % de la población)

Incremento en 7 años (2017–2024):
4,4 puntos porcentuales (de 31,7 % a 36,1 %)

Ranking regional entre 11 países analizados:

  1. Panamá: 43,7 %
  2. Chile: 40,2 %
  3. Colombia: 36,1 %

Promedios regionales de población sin dieta saludable:
Sudamérica: 25,7 %
Latinoamérica y el Caribe: 27,4 %
Centroamérica: 25,9 %

Inseguridad alimentaria severa o moderada en Colombia:
27,8 % de la población
(Subió cerca de 8 puntos porcentuales en la última década)

Comparativo regional en inseguridad alimentaria severa o moderada:
Argentina: 33,8 %
Ecuador: 33,3 %
Colombia: 27,8 %

País con mejor desempeño regional en acceso a dieta saludable:
Ecuador (solo el 4,9 % de su población tiene dificultades)

Programas con impacto positivo en Colombia:

  • Familias en Acción
  • El Campo Emprende
  • Jóvenes Emprendedores Rurales
  • Programa de Desarrollo de Capacidades Empresariales Rurales (2012–2022)
El alto costo de los alimentos deja fuera a las familias más pobres.

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