A pesar de una leve desaceleración en la inflación durante 2024, los incrementos en alimentos, servicios regulados y arriendos continúan golpeando el bolsillo de los colombianos. Expertos advierten que la indexación de precios y las presiones estacionales podrían ralentizar la recuperación económica en 2025, complicando aún más la situación para los hogares.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
El comportamiento de los precios en Colombia durante 2024 se ha convertido en un tema central para la economía de los hogares y el análisis de expertos. A pesar de que las cifras muestran señales alentadoras de desaceleración, factores como los incrementos en alimentos, arriendos y servicios regulados continúan ejerciendo presión sobre el bolsillo de los colombianos. Este fenómeno resalta la complejidad de los factores que determinan la inflación y sus implicaciones para el costo de vida y la estabilidad económica del país.
El Índice del Pollo Asado: un reflejo de los costos alimentarios
Un indicador curioso pero revelador de esta situación es el Índice del Pollo Asado, publicado por La República. Este medidor del precio de un plato tradicional colombiano mostró un aumento promedio de $3.464 durante 2024, alcanzando un valor nacional de $42.752 en diciembre. Bogotá registró el costo más alto del país, con $52.067, mientras que Tunja tuvo el precio más bajo, con $31.833.
Más allá de su simbolismo, este índice refleja las fluctuaciones de los costos alimentarios y las dinámicas económicas que los afectan. En particular, factores estacionales, costos logísticos y presiones externas, como el efecto cambiario, han influido en el precio de los alimentos. Con un aumento acumulado de $4.085 en los últimos dos años, este indicador evidencia cómo la inflación sigue siendo una preocupación constante para los consumidores.
La desaceleración de la inflación: avances y desafíos
Según estimaciones de Citi, la inflación en Colombia cerrará el año 2024 en torno al 5%, marcando un descenso en comparación con cifras anteriores. Este avance, aunque alentador, no es uniforme. César Pabón, de Corficolombiana, señala que mientras los servicios regulados podrían experimentar descensos en su inflación anual, los bienes y alimentos continuarán enfrentando presiones al alza.
El Banco de Bogotá comparte esta perspectiva, pero advierte sobre los riesgos que podrían interrumpir la tendencia bajista. Camilo Pérez, gerente de investigaciones económicas del banco, destaca que diciembre, un mes marcado por la alta demanda, podría revertir los descensos de la inflación anual si la variación mensual supera el 0,46%. Esto subraya cómo los factores estacionales, como el aumento del consumo en temporada navideña, pueden alterar las proyecciones.
Por su parte, Laura Katherine Peña, de BBVA Research, ofrece una visión moderadamente optimista. Según ella, la inflación cerrará el año en 5,1%, con una variación anual de 3,2% en alimentos. Este descenso, aunque lento, representa un avance hacia la estabilización de precios en un entorno económico desafiante.
El impacto de la indexación de precios en arriendos
Uno de los aspectos más preocupantes de la inflación en Colombia es la indexación de precios, especialmente en los arriendos, que representan cerca del 30% del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Luis Fernando Insignares, director de investigaciones económicas del Banco de Occidente, señala que la indexación de los arriendos a la inflación de cierre del año 2024, estimada en 5,23%, podría ralentizar la moderación del indicador inflacionario en 2025.
Este fenómeno afecta de manera directa a los hogares colombianos, particularmente a aquellos de ingresos medios y bajos, que destinan una parte significativa de sus ingresos al pago de vivienda. Además, el incremento del salario mínimo en 9,50% para 2025 añade presión a la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, lo que podría generar un efecto en cadena en otros sectores de la economía.
Le puede interesar: Capturado en Neiva un hombre requerido por hurto calificado y agravado
Servicios regulados y tarifas de energía: una amenaza persistente
Otro factor crítico en la dinámica inflacionaria de 2024 han sido los servicios regulados, especialmente las tarifas de energía. Estos incrementos, influenciados por el alza en los costos internacionales de los combustibles y las tensiones en la cadena de suministro, han tenido un impacto significativo tanto en los hogares como en los sectores productivos.
Según Camilo Pérez, las tarifas de energía y otros servicios regulados seguirán siendo un desafío para el control de la inflación en el corto plazo. Además, estas alzas no solo afectan el poder adquisitivo de los hogares, sino que también generan un aumento en los costos de producción de las empresas, lo que eventualmente se traduce en precios más altos para los consumidores.

El peso de la inflación en los alimentos básicos
La volatilidad en los precios de los alimentos sigue siendo uno de los principales motores de la inflación. Factores como fenómenos climáticos, costos de transporte y fluctuaciones en el dólar han contribuido a la inestabilidad en este sector.
En diciembre, la inflación de alimentos mostró una variación mensual de 0,4%, según BBVA Research. Aunque este incremento es menor en comparación con años anteriores, sigue siendo significativo para las familias colombianas, especialmente aquellas que destinan una gran parte de su presupuesto a la compra de productos básicos.
Expectativas para 2025: un panorama incierto
Mirando hacia 2025, los analistas coinciden en que el control de la inflación dependerá de diversos factores internos y externos. Entre los elementos clave se encuentran la estabilidad del peso colombiano, las políticas monetarias del Banco de la República y las dinámicas del comercio internacional.
Luis Fernando Insignares proyecta que la inflación podría cerrar en un rango de entre 4% y 4,5% en 2025. Sin embargo, advierte que la indexación de precios, el aumento del salario mínimo y las presiones externas podrían ralentizar este proceso.
Además, el impacto de fenómenos climáticos como El Niño en la producción agrícola y los costos de transporte sigue siendo un riesgo latente para la economía del país. Esto refuerza la necesidad de políticas públicas que mitiguen estos efectos y promuevan la estabilidad económica.

El Índice del Pollo Asado como símbolo económico
Aunque el Índice del Pollo Asado pueda parecer anecdótico, su importancia como herramienta de análisis radica en su capacidad para reflejar las realidades económicas de los colombianos. Este indicador no solo evidencia las variaciones en los costos de los alimentos, sino que también sirve como un termómetro de las dinámicas inflacionarias y su impacto en los hogares.
Conclusión: retos y oportunidades para la economía colombiana
A pesar de los avances en la moderación de la inflación, 2024 ha sido un año de contrastes para la economía colombiana. Los incrementos persistentes en alimentos, arriendos y servicios regulados subrayan la necesidad de adoptar políticas públicas que controlen las presiones inflacionarias y protejan el poder adquisitivo de las familias.
Con la llegada de 2025, el reto será mantener la estabilidad económica en un entorno incierto. La implementación de medidas efectivas y el monitoreo constante de los factores clave serán esenciales para garantizar un crecimiento sostenible y mejorar las condiciones de vida de los colombianos. Mientras tanto, el costo de vivir en Colombia sigue siendo una preocupación prioritaria para millones de ciudadanos, recordando que la inflación no es solo un número, sino una realidad que afecta directamente el día a día de las personas.

Puede leer: Impacto económico del mercado de seguros









