Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
Colombia cuenta con un sistema de información estadística bastante robusto, que les permite a todos agentes económicos del país, tener de manera oportuna y periódica, todo el desarrollo de la estructura productiva y como insumo para la toma de decisiones gerenciales de las organizaciones públicas y privadas. La misión del Dane es la de producir y difundir información estadística oficial, como bien público, con altos estándares de calidad y rigor técnico para la toma de decisiones a nivel nacional y territorial, que contribuyen a la consolidación de un Estado con justicia social, económica y ambiental. Durante el presente año, ha venido profiriendo los resultados estadísticos del comportamiento de la inflación y del desempleo de forma mensual, lo cual se ha convertido en el discurso del gobierno nacional como un logro obtenido, gracias a su accionar gubernamental. En materia de inflación y tasa de ocupación, de manera respetuosa me aparto de esta aseveración oficial. La inflación ha venido reduciéndose hasta situarse en un 4,82% durante los últimos 12 meses hasta el 30 de junio de 2025. Por supuesto es un buen resultado. Pero me preocupa que cuando las familias van a los centros de distribución de alimentos, los encuentran cada vez más costosos. Inclusive lo he detectado, porque siempre voy a mercar con mi esposa Amparo y encuentro más onerosos los productos en los centros de distribución.
Los reiterados y detestables taponamientos de las vías, la creciente violencia narcoterrorista en las regiones, secuestros, asesinatos selectivos, masacres, el aumento exponencial de las extorsiones a los productores y transportadores, la misma aplicación incoherente de los instrumentos de la política macroeconómica del gobierno nacional, están haciendo metástasis en la dinámica económica de Colombia y contribuyen a frenar la capacidad adquisitiva de las familias colombianas, generando una un aumento de los precios de la canasta familiar y de otros bienes de la economía. Por eso, el aumento de los inventarios y stocks de los establecimientos y plazas de mercado, que se han incrementado. Lo anterior, obliga a sus propietarios y vendedores a mantener inalterable los precios, e incluso a buscar promociones y descuentos para poder realizarlos en el mercado. A veces nos preguntamos ¿dónde hace mercado el Dane o envía a sus funcionarios a recoger las muestras estadísticas? La realidad que observo es otra. En teoría económica, se denomina inflación por demanda. Se está reduciendo porque ha venido decreciendo el consumo de bienes y servicios.
Y como si fuera poco, la disminución de la tasa de desempleo que profiere el Dane, también refleja una disminución durante el mes de junio de 2025. La tasa de desocupación del total nacional fue 8,6%, lo que representó una disminución de 1,7 puntos porcentuales respecto al mismo mes de 2024 (10,3%). La tasa global de participación se ubicó en 63,9%, mientras que en junio de 2024 fue 63,7%. Finalmente, la tasa de ocupación fue 58,4%, lo que representó un aumento de 1,3 puntos porcentuales respecto al mismo mes de 2024 (57,2%). En junio de 2025, la tasa de desocupación en el total de las 13 ciudades y áreas metropolitanas fue 8,3%, lo que representó una disminución de 1,8 puntos porcentuales respecto al mismo mes de 2024 (10,2%). La tasa global de participación se ubicó en 66,4% y la tasa de ocupación en 60,9%, estas tasas en junio de 2024 fueron 67,0% y 60,1%, respectivamente.
Igualmente, no quiero ser irrespetuoso con esta respetable entidad. Observo que diariamente se encuentran mayores vendedores de aguacates, otros productos alimenticios y materiales. Es impresionante el panorama de vendedores informales en las ciudades del país. Se estima que el 56% de la creación del empleo, proviene de este sector. Es un trabajo por cuenta propia, que no paga seguridad social, ni tiene derecho a las prestaciones sociales. El resto proviene del sector gubernamental y en mínima proporción del sector de comercio y manufactura. Puedo inferir que tampoco, es un logro del actual gobierno nacional. No estoy haciéndole oposición al presidente Gustavo Petro Urrego. Como analista económico y académico, planteo esta realidad que estamos viviendo. En los despachos oficiales, los gobernadores, alcaldes y entidades nacionales, están recibiendo miles de solicitudes de personas que aspirar a tener un contrato u nombramiento laboral. El sector público se ve desbordado ante la creciente oferta laboral que actualmente presenta el país.
