Las importaciones de Colombia crecieron 14,5 % en junio de 2025, alcanzando los 5.336,8 millones de dólares CIF, impulsadas principalmente por las manufacturas. Sin embargo, el incremento en las compras externas no estuvo acompañado de un desempeño similar en las exportaciones, lo que amplió el déficit comercial y plantea retos para la economía nacional.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reveló en su boletín técnico más reciente que las importaciones de Colombia alcanzaron en junio de 2025 un total de 5.336,8 millones de dólares CIF, lo que significó un crecimiento del 14,5 % frente al mismo mes de 2024. El comportamiento, sin embargo, se dio en un contexto donde las exportaciones no lograron mantener el mismo ritmo, lo que llevó a un incremento considerable en el déficit de la balanza comercial del país.
La dinámica de las compras externas confirma la fuerte dependencia de la economía colombiana de los bienes manufacturados provenientes del exterior, con China y Estados Unidos como los principales proveedores. A la par, el aumento de las importaciones plantea interrogantes sobre la capacidad del país para diversificar su estructura productiva y fortalecer las exportaciones que permitan equilibrar el intercambio internacional.
Un salto en las importaciones
El DANE, en conjunto con la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), precisó que el aumento en las compras externas estuvo jalonado por el grupo de manufacturas, que sumó 4.100,3 millones de dólares CIF en junio, creciendo un 18,7 % frente al mismo mes de 2024. Este segmento representó el 76,8 % del total de las importaciones, confirmando su papel central en el comercio exterior colombiano.
Dentro de este grupo se destacaron las adquisiciones de maquinaria y equipo de transporte (23,5 % de crecimiento) y de productos químicos (19,2 %), dos rubros claves para la industria nacional, pero que también evidencian la falta de producción local suficiente para suplir estas necesidades.
En contraste, el grupo de combustibles y productos de las industrias extractivas cayó 1,1 %, afectado por la menor compra de petróleo y sus derivados, que registraron una fuerte reducción del 16,6 %. Por su parte, las importaciones de productos agropecuarios, alimentos y bebidas crecieron 8,6 %, alcanzando los 759 millones de dólares CIF, con un peso del 14,2 % sobre el total. Este aumento se explicó por mayores compras de alimentos y animales vivos.
Finalmente, el grupo denominado “otros sectores”, que incluye mercancías no clasificadas en las anteriores categorías, presentó una caída de 76,8 %, aunque su participación en el total de importaciones es marginal (0,1 %).
Tendencia del primer semestre
En el acumulado de enero a junio de 2025, Colombia importó bienes por un valor de 33.514,9 millones de dólares CIF, lo que representa un incremento del 9,6 % frente al mismo periodo del año anterior.
En este lapso, el grupo de manufacturas concentró más de las tres cuartas partes del total, con 24.814,8 millones de dólares, creciendo un 10,3 %. Dentro de este rubro, las importaciones de maquinaria y equipo de transporte aumentaron un 11,3 %, aportando 4,7 puntos porcentuales al crecimiento.
El grupo de productos agropecuarios, alimentos y bebidas sumó 4.957,2 millones de dólares CIF, con un crecimiento del 7,8 %. Llamó la atención el fuerte incremento en la compra de aceites y grasas de origen animal y vegetal (41,2 %), así como el aumento de importaciones de café, carnes y pescados.
Entre tanto, los combustibles y productos extractivos alcanzaron 3.713,2 millones de dólares CIF, con un alza del 9 %, impulsada por las mayores compras de combustibles minerales y productos conexos (6,8 %).
China y Estados Unidos dominan el mercado
El informe del DANE confirma la marcada concentración de las importaciones colombianas en dos países: China y Estados Unidos.
En junio de 2025, las compras originarias de China representaron el 26,2 % del total, con un valor de 1.398,1 millones de dólares CIF, lo que significó un crecimiento del 24,9 % frente a junio del año anterior. Este aumento se explicó principalmente por la compra de motocicletas (60,2 %), computadores portátiles (33,4 %) y resinas plásticas (156 %).
Estados Unidos ocupó el segundo lugar con una participación del 22,6 %, seguido de Brasil (5,6 %), México (5,1 %), Alemania (3,7 %), India (2,8 %) y Japón (2,3 %).
En el acumulado del primer semestre, la tendencia fue similar: China aportó el 26,2 % de las importaciones totales, Estados Unidos el 24,6 %, México el 4,9 % y Brasil el 4,8 %.
Un dato revelador es el salto en las importaciones desde Trinidad y Tobago, que pasaron de 45,3 millones de dólares en el primer semestre de 2024 a 297,7 millones en 2025, gracias a mayores compras de gas natural licuado. En contraste, Francia registró una caída del 34,7 % debido a la drástica reducción en la adquisición de aviones de más de 15.000 kilos.

Déficit comercial en aumento
El dinamismo de las importaciones no estuvo acompañado de un desempeño similar en las exportaciones. De acuerdo con el boletín, en junio de 2025 se registró un déficit en la balanza comercial de 1.098,4 millones de dólares FOB, mientras que en el mismo mes del año anterior el déficit había sido de 545,2 millones.
En el acumulado enero – junio, el déficit alcanzó los 7.258,9 millones de dólares FOB, frente a los 4.959 millones del mismo periodo de 2024.
Esto significa que, pese a que las importaciones crecieron en volumen y valor, las exportaciones no lo hicieron en la misma proporción, lo que genera una brecha cada vez mayor en el comercio exterior colombiano.
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Interpretaciones y retos
El incremento de las importaciones puede interpretarse, en un primer nivel, como un reflejo de la dinámica de la economía interna, pues el país está demandando más insumos, bienes de capital y productos de consumo. Sin embargo, el lado preocupante está en la baja capacidad exportadora, lo que genera un desequilibrio persistente en la balanza comercial.
Especialistas consultados coinciden en que Colombia enfrenta un dilema: mientras las importaciones de maquinaria y productos químicos son indispensables para sectores productivos clave, el país no logra aumentar de manera significativa sus exportaciones de bienes con valor agregado.
“La dependencia de manufacturas extranjeras es un síntoma de que Colombia no ha logrado consolidar una industria nacional competitiva en sectores estratégicos. Se importa más tecnología de la que se produce, y esto a largo plazo genera una presión sobre la cuenta corriente y sobre la tasa de cambio”, advierte un economista de la Universidad Nacional.

En esa misma línea, analistas del sector privado sostienen que el déficit comercial se convierte en un desafío para la estabilidad macroeconómica, sobre todo en un contexto de volatilidad del dólar. “Si el país continúa ampliando la brecha entre lo que compra y lo que vende al mundo, tendrá que recurrir a financiamiento externo o reservas internacionales para cubrir ese vacío”, señaló un consultor en comercio exterior.
La visión empresarial
Para los empresarios, el panorama es mixto. Por un lado, la disponibilidad de insumos importados a precios competitivos permite mantener la producción y responder a la demanda local. Por otro, el déficit comercial y la dependencia de mercados como China generan riesgos de vulnerabilidad.
“El crecimiento de las importaciones es positivo en la medida en que abastece la economía y permite acceso a bienes que Colombia no produce, pero también es una alerta. Necesitamos políticas públicas que fortalezcan la industria nacional y promuevan exportaciones más sofisticadas”, afirmó un vocero de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI).

Perspectivas para el segundo semestre
Las proyecciones de los analistas apuntan a que en el segundo semestre de 2025 la tendencia de crecimiento de las importaciones podría mantenerse, en parte debido a la recuperación del consumo interno y a la necesidad de insumos industriales.
Sin embargo, el gran reto estará en impulsar las exportaciones no tradicionales, especialmente aquellas relacionadas con productos agroindustriales, manufacturas con valor agregado y servicios.
El Ministerio de Comercio ha anunciado programas de apoyo a la internacionalización de pymes y medidas para abrir nuevos mercados, pero expertos advierten que los resultados serán de mediano y largo plazo.
Un escenario desafiante
El informe del DANE deja claro que Colombia sigue dependiendo en gran medida de la importación de bienes manufacturados, especialmente desde Asia y Norteamérica. Este patrón, aunque refleja integración en las cadenas globales de suministro, plantea riesgos significativos si no se equilibra con un crecimiento robusto de las exportaciones.
La ampliación del déficit comercial es la principal señal de alerta: el país compra más de lo que logra vender al mundo, lo que a largo plazo podría presionar la estabilidad económica. La tarea, coinciden los expertos, será doble: diversificar la matriz exportadora y fortalecer la industria nacional, al tiempo que se mantienen los beneficios de acceder a tecnología y bienes de capital importados.
Colombia se encuentra, entonces, ante una encrucijada. Las cifras de junio de 2025 muestran un país con una economía activa y demandante, pero con un sector externo desequilibrado. Si no se toman medidas estructurales, el déficit comercial podría convertirse en un lastre para el desarrollo económico sostenible.

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