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Humo blanco en el Vaticano: el cónclave concluye con la elección de un nuevo papa

May 8, 2025

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La tradicional fumata blanca emergió este jueves desde la chimenea de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que el cónclave ha alcanzado un acuerdo: la Iglesia católica tiene un nuevo pontífice.

Aunque aún no se ha revelado la identidad del sucesor del papa Francisco, todo está listo para que su nombre sea anunciado al mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

El humo blanco apareció tras la cuarta votación del cónclave, marcando el final de la segunda jornada de deliberaciones por parte del Colegio Cardenalicio. La señal fue recibida por miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, quienes estallaron en aplausos y oraciones al confirmarse que se ha elegido al 267° pontífice en la historia de la Iglesia.

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La rapidez con la que se alcanzó la elección remite a antecedentes recientes. Es la tercera vez en el siglo XXI que un cónclave concluye en su segundo día. En abril de 2005, Joseph Ratzinger fue elegido como Benedicto XVI durante la cuarta votación. Ocho años más tarde, en marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio fue elegido como el papa Francisco hacia el final del segundo día, tras cinco rondas de votación.

La expectativa ahora gira en torno a la ceremonia de proclamación. Según la tradición, el protodiácono anunciará la fórmula «Habemus Papam», seguida por el nombre escogido por el nuevo pontífice. Posteriormente, este se asomará por primera vez ante el mundo desde el balcón de la logia central, ofreciendo su primera bendición apostólica Urbi et Orbi.

La Iglesia católica entra así en una nueva etapa, con preguntas abiertas sobre el rumbo que tomará bajo el nuevo liderazgo espiritual. El papa Francisco, quien ha liderado el Vaticano durante más de una década con énfasis en la reforma, la justicia social y el diálogo interreligioso, deja una profunda huella que su sucesor deberá interpretar y, quizá, transformar.

Mientras tanto, los ojos del mundo están puestos en el Vaticano, en espera de un nombre, un rostro y una dirección para los más de 1.300 millones de católicos que aguardan conocer a quien será su nuevo pastor.

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