DEPORTES
Ante la posibilidad de que el Atlético Huila sea llevado a otra ciudad, apareció en redes el mensaje #HuilaNoSeVa, usado por hinchas locales y de otros equipos. El tema se cruza con la preparación del club para la última jornada de los cuadrangulares semifinales.
El rumor del traslado del Atlético Huila dejó de ser un comentario aislado esta semana. La posibilidad de que el equipo busque otra ciudad para competir tomó fuerza después de que se conociera que los directivos pretendían llevar el tema a una asamblea de la Dimayor. La reunión, que iba a realizarse ayer, fue cancelada, pero el debate quedó abierto.
El origen del problema es conocido por la afición desde hace casi una década. El Guillermo Plazas Alcid está cerrado desde 2016, cuando una tribuna en remodelación colapsó. Desde entonces han pasado administraciones municipales y departamentales con el mismo anuncio, recuperar el escenario. El proyecto, sin embargo, nunca se concretó.
El desgaste financiero y logístico ha sido permanente. La molestia de la hinchada, también. Por eso el anuncio de que se estudiaba un traslado de sede generó una reacción inmediata.
Las condiciones para un traslado
Diario del Huila consultó a Jorge Fernando Perdomo, expresidente de la Dimayor y expresidente del Atlético Huila, para aclarar qué implica la solicitud de cambio de sede y cuál es la ruta que debe seguir un equipo si quiere instalarse en otra región.
“Para que un equipo cambie de sede no se necesita ninguna justificación respecto del origen, pero sí se requiere la aceptación de los demás equipos de la circuscripción geográfica en donde va a jugar; como en este caso estamos hablando de Yumbo que está situado en el departamento del Valle del Cauca, en donde hay 6 equipos más que juegan el fútbol profesional varios de ellos en la A y otros en la B, pues necesitan la aprobación de esos 6 equipos para poder trasladarse de sede a Yumbo, de otra manera si no la tienen no podrían recibir la aprobación de la Dimayor”, explicó.
La intención del club sería instalarse en el Valle del Cauca, lo que implica contar con el visto bueno de los equipos de esa región. Ese punto es clave en el futuro inmediato del tema. Sin ese consenso, la Dimayor no autoriza el cambio. Esa es la razón por la que la postergación de la asamblea despertó tantas preguntas entre los seguidores.
La lectura de un expresidente sobre lo que está en juego
Perdomo también habló del impacto emocional que este momento tiene para la afición y para quienes han acompañado la historia del club desde su nacimiento profesional, “la situación del Atlético Huila da dolor y rabia. Dolor porque la situación que estamos viviendo significa una historia que se construyó en los últimos 35 años, que nos generó satisfacciones, momentos de alegría”.
El expresidente recordó que el fútbol no solo es competencia. Durante años el equipo movió la economía de Neiva y de otros municipios. Los hinchas y medios de comunicación que llegaban a la ciudad para asistir a los partidos recorrían la región, consumían servicios y se alojaban en hoteles. Esa dinámica desapareció con el cierre del estadio.
En su análisis, Perdomo advierte que la crisis actual es consecuencia directa de un episodio ocurrido hace más de una década y que ninguna administración logró resolver.
“El tema de lo que se está viviendo hoy es la causa de un suceso que se acaeció hace 11 años. Lo que genera rabia y vergüenza es que durante 11 años nuestra clase dirigente no haya sido capaz de solucionar ese tema. Estoy seguro de que ninguna otra región habría soportado con tanto estoicismo y paciencia que tuviéramos, en pleno centro de la ciudad, un coliseo en ruinas por la desidia no solo de un gobernante que se equivocó en la contratación, sino de los siguientes gobernantes que no fueron capaces de acometer lo necesario para solucionar ese problema”, concluyó.
La pregunta sobre Garzón
En redes surgió una inquietud que rápidamente ganó espacio. Muchos hinchas se preguntaron por qué el equipo no evalúa trasladarse temporalmente a Garzón, si allí se adelanta la construcción de un escenario que tendría los requisitos para recibir partidos del fútbol profesional.
La respuesta es sencilla. Aunque el estadio cumpliría con los estándares exigidos por la Dimayor, continúa en obra. No está habilitado y no puede recibir encuentros oficiales. Por ahora, es una alternativa a futuro, no una solución inmediata.
La hinchada tomó la palabra
Mientras se discutían los escenarios institucionales, la afición decidió pronunciarse de manera visible. Ayer, convocados por la barra Alta Tensión Sur, hinchas del Huila realizaron un banderazo en el Parque Santander, frente a la Gobernación del Huila. La convocatoria reunió familias, jóvenes y seguidores que han estado en los estadios desde hace años.
El mensaje del encuentro fue leído por uno de los asistentes y refleja el ambiente que se respira entre los aficionados. “Esto no es un banderazo de inconformidad, es un acto de amor. Un encuentro para honrar lo que hemos construido juntos, afición, familia, colores, identidad y memoria. Hoy demostramos que somos una hinchada unida, respetuosa y orgullosa de su equipo. Porque el Huila es de todos, y su historia se defiende con alegría, unión y corazón”.
Fue una expresión simbólica del deseo de que el equipo permanezca en el departamento. El uso del #HuilaNoSeVa en X, Facebook e Instagram se multiplicó desde entonces, con publicaciones de hinchas locales y seguidores de otros clubes que se sumaron al llamado.
La campaña continúa en redes
El hashtag comenzó a aparecer de manera constante desde hace dos días. Su difusión creció con videos, fotografías, mensajes de exjugadores y publicaciones de hinchas de equipos de la A y la B. Algunos recordaron que el Huila es uno de los clubes con mayor regularidad en ascensos, otros insistieron en la importancia de preservar los equipos tradicionales de cada región.
La tendencia digital coincidió con la incertidumbre por la asamblea cancelada y con la movilización del Parque Santander. La conversación sigue activa y es probable que continúe mientras no se conozca una decisión definitiva de los órganos del fútbol.
El equipo se juega el paso a la final
En medio del debate institucional, el Atlético Huila vive un momento clave en la competencia. Mañana disputa la sexta y última fecha de los cuadrangulares semifinales, un partido que definirá su clasificación a la final del torneo. El equipo depende de sí mismo. Si gana, avanza.
El encuentro se jugará en el estadio Manuel Murillo Toro, en Ibagué, donde el club ha afrontado esta instancia del campeonato debido a la falta de estadio en Neiva. Este partido será simultáneo con los otros encuentros del cuadrangular, entre ellos Cúcuta Deportivo vs. Once Caldas y Fortaleza vs. Real Cartagena.
El Huila llega como líder del grupo. Esa posición le permite llegar con ventaja, pero sin margen para la relajación. La victoria asegura el cupo a la final. Un empate o una derrota lo deja a la expectativa de los otros resultados.
El cuerpo técnico mantuvo entrenamientos regulares en las últimas horas. La plantilla sabe que este juego tiene un valor doble. No solo define su futuro deportivo, sino que se disputa mientras se discute la permanencia del equipo en el departamento.
Una hinchada atenta
El futuro inmediato del Atlético Huila está en dos frentes. En lo deportivo, depende de su propia campaña. En lo institucional, de decisiones que deberán tomarse en la Dimayor, de la capacidad de los directivos para construir consensos y de la gestión de las autoridades frente a la infraestructura deportiva del departamento.
La hinchada insiste en que el equipo debe quedarse. Los aficionados que marcharon ayer, los que mantienen activo el hashtag y los que viajan a Ibagué para acompañar al club coinciden en un mensaje. La salida del Huila significaría perder un referente que representa identidad, memoria y sentido de pertenencia para una región entera.
Mientras las respuestas llegan, el equipo se concentra en la cancha. Mañana puede dar un paso decisivo en la competencia. Un resultado positivo lo pondría en la final. Para la afición, sería un recordatorio de que la historia del club se ha construido con esfuerzos, dificultades, alegrías y un vínculo emocional que no está dispuesto a desaparecer.
