Por: Oscar Eduardo Trujillo Cuenca
El café no solo se cultiva en nuestras tierras, nace en nuestras raíces, se respira en el aire de las montañas y se siente en el alma de nuestra gente. El Huila no es simplemente un departamento productor de café; es el corazón palpitante de una tradición que ha hecho historia, ha construido identidad y ha proyectado al país hacia el mundo.
Decir que somos el mayor productor de café del país ya no es solo una estadística, es un compromiso. Según cifras del Comité de Cafeteros del Huila y la Federación Nacional de Cafeteros, el departamento produce anualmente más de 2.5 millones de sacos de café, lo que representa cerca del 18% del total nacional, ubicándonos de forma constante como el primer productor del país.
Pero nuestro liderazgo no es únicamente por volumen, el verdadero orgullo está en la calidad. El café del Huila ha sido reconocido múltiples veces con premios nacionales e internacionales, destacándose por su perfil sensorial con notas dulces, cuerpo balanceado, buena acidez y una taza limpia, muestra de ello es la cantidad creciente de microlotes huilenses que son elegidos en las subastas de cafés especiales y los concursos internacionales de taza de excelencia.
Además, más de 84.000 familias viven del café en nuestro territorio, distribuidas en 35 municipios, con un tejido social y productivo que ha convertido el café en uno de los principales motores económicos, culturales y turísticos del Huila. Cada finca, cada vereda, es una oportunidad para conectar con el mundo desde la esencia rural.
Y eso justamente ocurrió la semana pasada en Ginebra, Suiza, en la feria más importante del mundo para los amantes del café, la World of Coffee 2025, donde tuve la oportunidad de participar y presenciar la grandeza de Colombia en el mundo del café, brillando con luz propia y demostrando porque hoy somos el Corazón Cafetero de la calidad no solo de Colombia, sino del Mundo, con aromas inconfundibles de nuestras montañas y el sabor auténtico de nuestras raíces.
Durante los días del 26 al 28 de junio, cientos de compradores, baristas, catadores, distribuidores y amantes del café de todo el planeta conocieron de primera mano la riqueza sensorial de nuestro café huilense, la participación fue todo un éxito, donde se fortalecieron alianzas, se abrieron mercados y, sobre todo, se compartió al mundo la historia, tradición e innovación que hay detrás de cada grano cultivado con esmero en el corazón del Huila.
Pero ser el corazón cafetero de Colombia implica más que producir café, implica liderar procesos, conectar regiones, abrir caminos. En el Huila entendimos que el café puede ser más que un producto, puede ser un destino, una experiencia, una narrativa que enamora, una herramienta de transformación territorial.
Por eso iniciativas como la Ruta Mágica del Café, la participación en ferias internacionales, los procesos de certificación con sello de origen, las exportaciones directas y los esfuerzos por la internacionalización de nuestros pequeños productores, son fundamentales.
No solo podemos quedarnos con la medalla del primer lugar en producción, es hora de dar el siguiente paso, identificar qué necesitamos y a donde queremos llevar nuestro café. Aquí algunas ideas para reflexionar y avanzar:
- Invertir en investigación e innovación, mejorando procesos de poscosecha, diversificando perfiles de taza y apostándole a nuevas tecnologías agrícolas.
- Fortalecer el relevo generacional, brindando condiciones reales y atractivas para que los jóvenes vean en el café una oportunidad de vida digna y con futuro.
- Consolidar marcas territoriales y denominaciones de origen, posicionando nuestro café como un producto con historia, calidad y trazabilidad.
- Apostarle al turismo cafetero, integrando experiencias vivenciales que dinamicen la economía local y cuenten al mundo lo que somos.
- Impulsar la equidad de género, destacando el rol clave de la mujer cafetera en toda la cadena de valor.
El Huila tiene el talento, el clima, el conocimiento y la pasión, ahora el reto es consolidar esa sinergia entre tradición y transformación, apostar por más ciencia, más valor agregado, más liderazgo colectivo.
Porque si el Eje Cafetero fue la cuna, el Huila es hoy el corazón que late con fuerza por el presente y futuro del café colombiano, el cual tiene origen, se llama Huila, se llama Colombia.








